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La mascarilla definitiva: inclusiva, mide la calidad del aire y las constantes vitales y se desinfecta sola

El proyecto se ha desarrollado en Italia pero uno de sus creadores es aragonés

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Las mascarillas se han convertido en una pieza más de nuestras vidas y parece que todos los expertos coinciden en los beneficios de llevarlas ante la pandemia del coronavirus. Ante esta necesidad han ido surgiendo diferentes soluciones tecnológicas que hacen de llevar la mascarilla una ventaja, pero sin duda hay un dispositivo que se lleva la palma.

Cliu es la primera máscara transparente, segura, tecnológica, sostenible e inclusiva. Todo en uno, tal como recoge el digital 20 minutos .

Y además, este gadget está hecho en Italia pero su diseño está estrechamente vinculado con España: uno de sus cocreadores es Álvaro González, diseñador aragonés que reside en tierras italianas.

«La idea surgió en el confinamiento. En mi Estudio estábamos pensando como poder contribuir a la causa y aportar nuestro granito de arena a la situación de emergencia como diseñadores de producto hasta que llegó el día que un grupo de amigos expertos en tecnología, marketing e innovación nos propusieron crear un nuevo concepto de máscara inteligente», relata González.

A partir de este momento se pusieron al trabajo, todo de manera virtual y muy 'tech': «El equipo se dividía entre Milán y Sicilia así que estuvimos durando dos meses trabajando sin pausa a través del 'smartworking' y con el objetivo de lanzar una campaña sólida en la plataforma de crowdfounding Indiegogo ».

Las ventajas de la máscara Cliu son diversas ya que, explica González, lo que querían era «sobre todo resolver diferentes problemáticas del uso de la mascarilla común». La primera y fundamental es el hecho de la transparencia y la comunicación que eso permite. La segunda ventaja es el respeto al medio ambiente. Y la tercera su tecnología incorporada.

La versión Pro está equipada con Bluetooth, micrófono y sensores integrados que, junto con la aplicación dedicada, «ayudan a prevenir la aparición de enfermedades al controlar el estado de tu respiración y calidad del aire», dice la compañía en una nota de prensa. En la app se puede comprobar la batería del dispositivo, el porcentaje de uso de los filtros, la frecuencia cardiaca y la calidad de la respiración.

Pero, además, la aplicación puede proporcionar información en tiempo real sobre la calidad del aire en tu área y en las áreas circundantes, así como la existencia de cualquier brote de COVID-19.

Su aspecto tecnológico no acaba aquí, ya que la base de carga de Cliu está diseñada con una luz UV en la cual puedes cargar la máscara en menos de una hora y «matar todas las bacterias en un instante». Es decir: se puede desinfectar sola diariamente.

Además de prevenir el contacto con bacterias y virus, Cliu también está diseñado para «absorber la contaminación y reducir las alergias cotidianas al polen». Gracias a los filtros intercambiables de cinco capas, también equipados con carbón activado, la máscara filtra las partículas que de otra manera serían inhaladas durante la vida normal de la ciudad.

Aunque es totalmente hermética gracias a su cierre magnético, la parte delantera transparente puede abrirse y cerrarse cuando quiera quien la lleva puesta, de manera que puede tomarse un café o picar alguna cosa con ella puesta.

Hay dos versiones de máscara, una Standard y una Pro -que es la que incorpora tecnología. El precio oscilará entre los 99 y los 250 euros respectivamente, y se prevé la entrega de las primeras máscaras de la versión Standard en octubre a los que hayan contribuido al proyecto a través de la campaña de crowdfounding. Es posible personalizar la máscara con la elección y combinación de cinco colores y está previsto el 'cobranding' para empresas.

Una imagen promocional de la mascarilla Cliu.

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