Sociedad
Las prisiones evalúan caso a caso si los reclusos mayores de 70 años pueden hacer el confinamiento en su casa
Los internos con salud vulnerable por patologías previas pasan el confinamiento en su casa y en pisos extrapenitenciarios
Muere un interno presumiblemente por sobredosis en la prisión de Mas Enric
El 41% de los presos mayores de 70 años pasa el confinamiento por el coronavirus en su casa para minimizar el riesgo de contagio de la COVID-19. De esta manera, la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima protege a las personas privadas de libertad que, por su edad, son especialmente vulnerables en caso de contagiarse.
En el conjunto de los centros penitenciarios, los septuagenarios suman 108 internos. Antes de la pandemia, había 17 (16%) durmiendo en su casa, en aplicación del artículo 86.4 del Reglamento penitenciario. Ahora, en cambio, ya son 45 (41%). Por lo tanto, desde el inicio de la pandemia, el número de mayores de 70 años confinados en casa prácticamente se ha triplicado.
De los 63 septuagenarios que se quedan internos en los centros penitenciarios, las prisiones estudian la oportunidad del confinamiento domiciliario de 35 casos más. El resto están descartados porque son preventivos y dependen directamente de los jueces o porque lo desaconseja tanto la conducta como el riesgo de reincidencia delictiva.
El confinamiento domiciliario de una parte de las personas mayores internas en los centros penitenciarios se añade al de los presos con salud vulnerable por patologías previas. En este caso, pasan el confinamiento en su casa y en pisos extrapenitenciarios -denominados unidades dependientes- que gestionan entidades sociales. Desde la semana pasada, estas personas están sujetas a un control telemático o supervisadas por los responsables de las unidades dependientes. En la identificación y resolución de los casos han trabajado conjuntamente profesionales sanitarios y los equipos de tratamiento.
El 90% de los terceros grados, confinados en casa
El Departament de Justícia trabaja para minimizar la población reclusa y el riesgo de contagio en el interior de los centros penitenciarios desde el principio de la crisis. Con la adopción de diferentes medidas ya suma 1.330 personas que han pasado a estar confinadas en su domicilio o en recursos de entidades sociales, fuera de las prisiones. Se añaden a los que antes de la pandemia ya estaban clasificados en tercer grado y sometidos a controles telemáticos, 325 internos. Actualmente, hay 1.655 internos en este tipo de seguimiento, un 90% de los internos en tercer grado de Cataluña. Se trata de una iniciativa del Govern, instada también por las Naciones Unidas, el Consejo de Europa y, en el ámbito catalán, el Síndic de Greuges.