Diari Més

Alertan de que la falta de EPI y la sobreocupación en los centros de menores pone en riesgo la salud de profesionales y usuarios

Los educadores sociales creen que la DGAIA «improvisa» mientras que la institución dice que sí que hay equipos de protección

Plano general de un grupo de menores en un centro de acogida de Badalona el 27 de septiembre de 2018

Alertan de que la falta de EPI y la sobreocupación en los centros de menores pone en riesgo la salud de profesionales y usuariosACN

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El Colectivo de Educadores de Cataluña (CIEGO) alerta que la sobreocupación que se vive en muchos centros de menores, sumado a la falta de equipos de protección contra el coronavirus pone en riesgo la salud de los trabajadores y de los usuarios. Aseguran que se oyen «totalmente desamparados» por parte de la DGAIA, a quien acusan de dictar instrucciones que «son imposibles de cumplir». Uno de los miembros del CIEGO, Ruben Mora, dice que los centros se están autogestionando haciendo epis de manera «casera». Mora reclama que se los dote de mascarillas FFP2 y que se hagan las pruebas de la covid-19 a los trabajadores y también a los usuarios. La DGAIA, por su parte, asegura que todos los centros tienen acceso a los EPI y recuerda que es Salud quien decide a quién hace las pruebas.
Malestar entre los educadores de los catorce centros de menores públicos de Cataluña. El colectivo CIEGO, que agrupa a 247 profesionales y que representa al 70% de los trabajadores, asegura que hay una «falta de recursos flagrante» en este sector. El problema, argumentan, es que no tienen los EPI necesarios para desarrollar su tarea y aseguran que en muchas ocasiones tienen que ser los propios profesionales quien se fabrique este material de protección. Además, alertan de que no se han hecho las pruebas del coronavirus a jóvenes que presentaban «signos evidentes» y que los testsse han limitado a algunos bebés que hay en estos centros.

El miembro de CIEGO, Rubén Mora, recuerda que los educadores son un servicio esencial que, además, no pueden mantener las distancias de seguridad que requieren los protocolos para evitar contagios por coronavirus. «Nosotros no podemos teletrabajar, estamos en contacto con los jóvenes», relata.

Mora advierte que al fin y al cabo «pone en riesgo» la salud tanto de los profesionales como de los usuarios y reclama que aparte de dotarlos con mascarillas FFP2 o FFP3 también se hagan las pruebas pertinentes tanto a los jóvenes como a todo el personal que trabaja con ellos. «Si nosotros tenemos la certeza de que ningún chico o chica con quien tenemos que trabajar tiene la enfermedad, iremos mucho más seguros y más tranquilos al trabajo», señala.

Desde el Colectivo de Educadores de Cataluña, aseguran que «la sensación de inseguridad es constante» entre los trabajadores de los centros y denuncian que las directivos de prevención que dicta la DGAIA «son imposibles de cumplir». En este sentido, la CEC recuerda que el secretario de Trabajo de la Generalitat, Josep Ginesta, pidió que si no se podían garantizar las medidas de prevención, había que avisar a Inspección de Trabajo. «Aquí no hay manera de guardar el metro y medio de distancia y no tenemos mascarillas», advierten.

Cubren bajas con estudiantes

Todo ha hecho que buena parte de la plantilla de educadores esté de baja. En algunos casos llega incluso al 70%, un hecho que «complica todavía más» la atención de los propios usuarios. Mora asegura que el Departamento está cubriendo las bajas con estudiantes de tercero o cuarto de carrera y con otros profesionales que no tienen la titulación necesaria.

En eso hay que sumar también que muchos de los jóvenes que están en estos centros son incapaces de seguir los cursos que realizan a través de internet, y además, no tienen las herramientas necesarias para poder hacerlo. Por eso, reclaman que «se mejore la coordinación» con el Departamento de Salud.

Convivencia «muy complicada»

Otro de los tropiezos que se encuentran a los educadores es la mala convivencia que hay en algunos de los centros de menores. Según Mora es «muy difícil», en buena medida porque hay muchos pocos centros que tengan grandes espacios. «Hay pisos grandes que están en las ciudades sin galerías o patios. Mantener a doce jóvenes cerrados sin salir más de un mes es muy complicado», señala.

Además, el miembro del CIEGO explica que muchos de estos jóvenes tienen trastornos de conducta, problemas de salud mental o consumen tóxicos. Mora, sin embargo, alerta de que la situación en centros privados «todavía es peor».

La DGAIA asegura que sí que hay EPI

Fuentes de la DGAIA consultadas por el ACN han desmentido que no se faciliten EPI a los profesionales y aseguran que hay una aplicación informática a todos los centros para pedir el material que haga falta. Además, dejan claro que todo lo que se solicita llega en un plazo «razonable» de tres o cuatro días máximo.

En relación a los tests, la DGAIA reconoce que no se hacen a todos los usuarios y profesionales, pero recuerdan que es el Departamento de Salud el encargado de decir a quién se hace o no la prueba. Además, desde la institución aseguran que cerca del 80% de los centros que gestionan no ha habido ningún indicio que hiciera necesario llamar el 061, y que en los que sí que ha habido

se ha avisado a las autoridades sanitarias.

En relación a los niños y jóvenes que ingresan a un centro, la DGAIA deja claro que se valora si hace falta o no hacer la prueba, pero de nuevo, acaba siendo Salud quien decide qué personas tienen que pasar el test por coronavirus y cuáles no.

Finalmente, el ente ha reconocido que a algunos problemas de sobreocupación en centros concretos, pero deja claro que en la mayoría de casos no hay problemas. En cualquier caso, desde la DGAIA recuerdan que activaron un centro de llamadas desde el primer momento en que se declaró el estado de alarma para reportar los problemas que surgieran.

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