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Pruebas test, de desarrollo escrito, orales o con casos prácticos: propuestas para evaluar a los universitarios a distancia

Gobierno y universidades proponen cuatro formatos que se podrán adaptar a las necesidades de cada asignatura

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Gobierno y universidades han acordado este miércoles cuatro propuestas para evaluar a los alumnos a distancia: pruebas tipos test, de desarrollo escrito, orales y con casos prácticos. Las propuestas se podrán adaptar según las necesidades de cada asignatura o materia y no será obligatorio seguirlas a rajatabla. En el caso de los tests se harían mediante herramientas telemáticas, mientras que las pruebas escritas podrían estar en formato pregunta respuesta o una actividad a entregar en formato PDF. Con respecto a las orales, podrían ser videoconferencias en directo o grabaciones previas por parte del alumno, mientras que los casos prácticos serían trabajos o ejercicios para responder el caso planteado de manera individualizada o en grupo.
Las propuestas se han fijado en el marco del grupo de trabajo creado en el contexto del Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC), dónde participa el Govern, las doce universidades catalanas y la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari (AQU). Estas se han establecido alrededor de siete criterios y van en la línea de garantizar que ningún estudiante pierda el curso por culpa de la crisis sanitaria, la calidad académica y el respeto al principio de autonomía de las universidades. En este sentido, las propuestas de evaluación «no configuran un listado exhaustivo ni suponen un imperativo a seguir necesariamente a rajatabla», sino que pueden ser combinados, ampliados o modificados en función de la casuística de cada asignatura o materia.

Aparte de las propuestas, el grupo de trabajo también ha hecho una serie de recomendaciones a tener en cuenta en función de la asignatura o materia evaluable. En primer lugar, apunta que las materias que funcionan en grupos pequeños de 40 personas o menos y que ya funcionan en formato de evaluación continuada no tienen que presentar problemáticas más allá de tener que planificar las últimas entregas o actividades en formato a distancia.

Con respecto a las materias con más alumnos y donde las pruebas de evaluación son importantes en la evaluación global, recomienda recurrir a un formato de prueba objetiva, tipo test, para evaluar los contenidos teóricos. En el caso de materias con un peso importante de la parte práctica y que utilizan espacios como instalaciones deportivas recomienda alternativas como por ejemplo que el estudiante se grabe en el caso de prácticas de fisioterapia o Actividad Física, o el estudio de casos en aquellas que requieren de laboratorios que ahora no se pueden utilizar.

Con respecto a los trabajos de final de grado y de final de máser, la propuesta se inspira en la metodología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y se articula entorno a la presentación y defensa del trabajo mediante una grabación, la opción de hacerlo en directo o bien presentarlo de manera asíncrona y defenderlo en directo con videoconferencia.

Los criterios para fijar las propuestas de evaluación han sido el contexto en lo que se produce el confinamiento, a final de curso; la necesidad de que los estudiantes tomen conciencia que tienen que tener un papel activo en el proceso de aprendizaje a distancia y la motivación necesaria por parte del equipo docente; y la necesidad de garantizar el proceso de aprendizaje y no sólo el de calificación.

También ha tenido en cuenta que actualmente la mayoría de pruebas equivalen entre un 20% y un 40% de la nota final y por eso el contenido de estas se tiene que adaptar a la situación de confinamiento. En este sentido, el grupo de trabajo defiende que «una prueba que permita la consulta de recursos y materiales se puede adaptar mejor al contexto de acceso a la información y puede permitir una valoración más esmerada del nivel competencial del alumno».

Por otra parte, se ha valorado que la consecución competencial centra el proceso de aprendizaje, es gradual y no exclusivo de un periodo lectivo y por eso no tiene porque verse afectado por la interrupción temporal de la docencia presencial. También apuesta por combinar la sincronía con la asincronía, reservando el contacto telemático para la resolución de dudas e impresiones, garantizando también los horarios en la situación de confinamiento familiar. Por último, ha apuntado la necesidad de que la adaptación de la docencia en el contexto de excepcionalidad de no presencialidad vele por la inclusión y la atención a la diversidad de estudiantes.

El grupo de trabajo del CIC se ha emplazado a una nueva reunión la próxima semana para tratar la cuestión de las prácticas externas y otras posibles excepcionalidades. La idea es concretar un documento que seguirá la misma línea del de la evaluación. El secretario general del CIC, Lluís Baulenas, ha subrayado «la importancia del trabajo conjunto que se está realizando como sistema universitario catalán y la concreción de las propuestas dentro de la flexibilidad necesaria».

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