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El vicepresidente de SCC propone prohibir que los independentistas puedan presentarse a elecciones

Xavier Marín considera que la ideología es incompatible con el artículo 2 de la Constitución

El vicepresidente de Societat Civil Catalana Xavier Marín (derecha) junto con otros cargos de la entidad.

El vicepresidente de SCC propone prohibir que los independentistas puedan presentarse a eleccionesACN

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El vicepresidente de Sociedad Civil Catalana Xavier Marín, que forma parte de la nueva cúpula de la entidad liderada por Fernando Sánchez Costa, ha planteado que se prohíba al independentismo presentarse a las elecciones. En una entrevista con el digital 'Vozpópuli', ha argumentado que esta ideología es incompatible con el artículo 2 de la Constitución, que proclama «la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles». Para Marín, que también es secretario de Organización de Societat Civil Catalana, «este desajuste hace falta arreglarlo» teniendo en cuenta que la Constitución no se moverá. «Usted podrá ser independentista, pero no se podrá presentar a las elecciones», ha concluido.

Marín ha propuesto a PSOE, PP y Cs que promuevan «una rectificación rápida» de la ley electoral para, ha dicho, «copiar» la Constitución alemana que, según ha asegurado, prohíbe la existencia de partidos que quieran la independencia. «Si la mayoría constitucionalista tiene claro que España no puede ser troceada, hay que prohibir los partidos que gritan a la ruptura», ha insistido. Ahora bien, la carta magna germánica no habla específicamente de partidos independentistas sino que establece –en su artículo 21– como inconstitucionales las formaciones que «buscan socavar o abolir el orden básico libre y democrático o pongan en peligro la existencia de la República Federal de Alemania».

Esta propuesta llega después de las críticas internas y externas que Sánchez Costa ha recibido para abrir la puerta al diálogo con el independentismo, que representa dos millones de votantes en Cataluña, según ha recordado él mismo. También su antecesor, Josep Ramon Bosch, fue cuestionado internamente por expresar una apertura en cuestiones como la lengua o el indulto a los líderes soberanistas encarcelados.

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