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Veintiséis años de prisión por matar su expareja clavándole 23 cuchilladas

La víctima salió de su casa y se dirigió al parking cuando el agresor la atacó por detrás con un machete de 12,5 centímetros

Imagen de archivo de la fachada de la Audiencia de Barcelona.

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a 26 años de prisión a un hombre que mató su expareja clavándole 23 cuchilladas en Castelldefels en agosto del 2015. El tribunal también lo obliga a indemnizar con 200.000 euros a los familiares de la víctima.

La Audiencia considera que los hechos probados por el jurado popular son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y de un delito de tenencia de arma prohibida. El jurado popular rechazó que el acusado cometiera el asesinato bajo la inestabilidad emocional provocada por el mobbing que sufría en el trabajo, tal como alegó la defensa.

La sentencia detalla que sobre las seis y media de la mañana del 12 de agosto del 2015 la víctima salió de su casa y se dirigió al parking para coger el coche para ir al trabajo cuando el agresor la atacó por detrás con el rostro tapado con una capucha y empezó a apuñalarla con un machete que llevaba de 12,5 centímetros hasta recibir un total de 23 cuchilladas que le causaron graves heridas en el pulmón, en el tórax y en el abdomen causándole la muerte. Según apunta la sentencia, el acusado quería provocarle «el mayor padecimiento posible antes de que muriera» y el padecimiento de la víctima «fue muy intenso».

El tribunal ve probada la autoría del acusado ya que el machete tenía huellas dactilares del autor de los hechos y también tenía sangre de la víctima, y también por las declaraciones de dos testigos que persiguieron al agresor y lo pararon, reconociéndolo cuando le quitaron la capucha que le cubría la cara. También, en el juicio declararon varios testigos a los cuales el acusado les manifestó que lo había hecho porque la mujer le hacía la vida imposible y ya no podía más.

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