Condenado por matar a un hombre de Blanes y esconder el cuerpo en una nave de Vilanova de Sau

El juzgado ha enviado a prisión al hombre que mató a navajazos a un vecino de Blanes, la Selva, y escondió el cadáver en una nave de Vilanova de Sau, Osona. El detenido, un mecánico de Vic de 49 años, se ha negado a declarar ante el juez, aunque ya había confesado el crimen cuando el viernes se entregó a los Mossos d'Esquadra. Lo hizo al verse acosado, porque la policía ya tenía claro que él era quien había matado a la víctima. La investigación ha permitido determinar que el crimen tuvo lugar la noche del 22 de enero en un local de la calle Esperança de Vic, que el detenido tenía alquilada. La víctima, que tenía 37 años, fue para conseguir un arma, ya que lo habían amenazado de muerte. Incluso, aquella misma noche, antes de desaparecer, envió varios WhatsApp a su mujer donde se lo veía empuñando un rifle de mira telescópica. A partir de estos mensajes, de la señal del móvil y de una mentira que el mecánico explicó a la policía, los Mossos pudieron atar cabos e investigarlo como principal sospechoso.

La víctima es un hombre de 37 años originario de Llagostera, aunque ahora vivía en Blanes con su mujer, con quien tenía tres hijas. Inicialmente, el crimen empezó a investigarse como una desaparición. El 23 de enero, la mujer fue a comisaría a denunciar que no sabía nada de su marido desde la noche anterior.

Según explicó, antes de marcharse de casa, él le dijo que había quedado con un conocido que le proporcionaría un arma (porque hacía poco lo habían amenazado de muerte). La noche del día 22, el matrimonio habló por WhatsApp y él le envió una fotografía donde se lo veía con un rifle de mira telescópica y una pistola. Hacia las nueve de la noche, sin embargo, ya no respondió ningún mensaje más.

A partir de aquí, los Mossos d'Esquadra empezaron a investigar. Gracias a la señal del móvil, la policía pudo descubrir que aquella noche la víctima había ido a Vic. En concreto, en un local situado en el número 11 de la calle Esperança.

Los agentes interrogaron al inquilino, un mecánico de 49 años conocido con el sobrenombre de 'Quico'. De entrada él les reconoció que aquella noche había quedado con la víctima, pero también les dijo que no habían podido verse. El hombre explicó que había tenido una avería con el coche y que la grúa lo había llevado hasta Vilanova de Sau, donde también tenía una especie de nave.

Los Mossos d'Esquadra, sin embargo, hablaron con la empresa de grúas y descubrieron que el mecánico les había mentido. Sí que había tenido pana, pero la grúa no lo había llevado hasta Vilanova de Sau, sino al local de la calle Esperança. Además, los Mossos también descubrieron que a partir del 25 de enero el vecino de Vic había cambiado de móviles.

Cámaras de seguridad

A partir de aquí, la policía empezó a estrechar el círculo en torno al sospechoso. Entre otros, los investigadores inspeccionaron las grabaciones de las cámaras de seguridad próximas al local de la calle Esperança. Las imágenes muestran claramente cómo, la noche del 22 de enero, la víctima y el detenido estuvieron juntos. De hecho, se les ve fumando en la puerta del local y también se ve como el vecino de Blanes entra con el coche.

A partir de las nueve de la noche –hora en que la policía sitúa el crimen- en las grabaciones sólo aparece el detenido. Primero se lo ve saliendo a hacer un cigarrillo. Más adelante, aparece trajinando un cubo y bolsas de basura. Por último, la grabación muestra cómo saca el coche de la víctima del local.

Se entrega a la policía

El viernes pasado, después de verse descubierto, el homicida se acabó entregando a la policía. Se presentó en la comisaría de Tráfico de Gerona acompañado de su abogado y, allí mismo, confesó a los Mossos que se había discutido con la víctima, que lo había degollado y que le había clavado varias cuchilladas.

De momento, sin embargo, el móvil del crimen sigue siendo una incógnita. El viernes el detenido no explicó por qué se discutieron y el lunes, cuando ha pasado a disposición judicial en Blanes, el hombre se ha acogido a su derecho a no declarar. Los Mossos d'Esquadra sospechan, sin embargo, que se podría deber a un asunto relacionado con las drogas (porque tanto el detenido como la víctima estarían relacionados con este mundo).

Después de entregarse a los Mossos, el mismo detenido guio a la policía hasta la nave de Vilanova de Sau donde había escondido el cadáver. El cuerpo estaba en un rincón del almacén dentro de una bolsa de basura y en su lado había una motosierra, un saco de sosa cáustica y un bidón de plástico. Allí, la policía también encontró una pistola detonadora y el rifle de mira telescópica que aparecía a la fotografía de WhatsApp.

El examen forense ha concluido que la víctima murió después de que le cortaran el cuello de un navajazo. El vecino de Blanes tenía la tráquea seccionada y, además, presentaba otras heridas profundas en la zona de las costillas y a la espalda.

La policía también ha encontrado ya el coche de la víctima. El mismo detenido les confesó que lo había llevado hasta Riudellots de la Selva, donde lo había dejado aparcado en el casco urbano del municipio.

Homicidio, drogas y armas

Después de pasar a disposición judicial, el detenido ha ingresado en la prisión comunicada y sin fianza. Se le imputan los delitos de homicidio, contra la salud pública y tenencia ilícita de armas. Al local de la calle Esperança de Vic, los Mossos descubrieron una plantación de marihuana y, además, también encontraron una escopeta recortada de doble cañón. El detenido no tenía licencia ni para esta ni para las otras dos armas que se encontraron al lado del cadáver.

La inspección del local de la calle Esperança también ha permitido localizar salpicaduras y restos de sangre. Además, el fondo que aparece en la foto del WhatsApp que la víctima envió a su mujer poco antes de desaparecer coincide plenamente con uno de los espacios de este local.