Opinió
El sector químico en Tarragona
Llevamos cierto tiempo con incertidumbres sobre el curso de nuestra economía, no solo en lo que se refiere a la doméstica, sino también a la empresarial. A nadie se le escapa la preocupante situación de un ciudadano a la hora de poder adquirir una vivienda o alquilarla, mucho más cuando se trata de un joven, o el precio de llenar la cesta de la compra para alimentarse, entre otros gastos, que hacen verdaderamente difícil llegar a final de mes.
Tampoco lo está pasando bien el tejido empresarial español, especialmente la pequeña y mediana empresa, sin olvidar a los autónomos, todos ellos, no cuentan con la facilidad de deslocalización que sí tienen las grandes empresas internacionales. El motivo de todo ello es una nefasta política económica del gobierno de Pedro Sánchez, más preocupado por mantenerse en el poder que en el futuro productivo del país, que es, sin duda, lo que genera riqueza, ya sea a través de la creación de puestos de trabajo o participando activamente en el PIB.
Lo dicho se agrava con las imposiciones arancelarias de Donald Trump a Europa, los mismos aranceles que Santiago Abascal dijo, que en España no tendrían mucha incidencia, en la realidad la misma que en el resto europeo, de nada le sirvió asistir a su acto toma de posesión presidencial. Teniendo en cuenta que los sectores en Cataluña que más exportan a EEUU, están encabezados por la química con 1.164,9 millones de euros, que supone un 26,8% del total.
Acercándonos a nuestro territorio, esta situación no deja indiferente al sector químico o petroquímico de Tarragona, más aún cuando este complejo empresarial, compuesto por 34 empresas, la mayoría multinacionales del sector químico y petroquímico, representa un 6,1% del PIB español, estamos hablando de un 14,3% de la industria de España, un 25% del sector químico en el país y el 50% en Cataluña.
Estamos hablando de 44.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos, con un 94,6% de contratos indefinidos y un salario medio de 40.000 €/año. Todo ello nos lleva a la responsabilidad de tomar las medidas más adecuadas y necesarias para que este sector no apueste por otras ubicaciones fuera de Tarragona.
Para seguir contando con el sector químico en nuestro territorio es necesario reducir los costes energéticos, especialmente teniendo en cuenta el impacto negativo que supondría el irresponsable cierre de los tres reactores nucleares de nuestra provincia en el recibo eléctrico de las industrias químicas y petroquímicas. La energía nuclear abastece al 82,4% de las comarcas de Tarragona, lo que representa una energía suficiente, fiable, limpia y segura.
Importante considerar, con carácter urgente, una reducción de los peajes eléctricos, la energía eléctrica en España es la más alta de Europa. También se hace necesaria una fiscalidad adecuada al gasto que esté alineada con el resto de Europa. Así mismo, un soporte que haga posible un despliegue efectivo de tecnologías de producción de hidrógeno limpio, bajo en emisiones de carbono o circular.
Debe facilitarse, un financiamiento adecuado, destinado a grandes proyectos industriales, con un procedimiento ágil y adecuado al montante de las inversiones, que responda a las necesidades de las empresas del sector, considerando las cantidades, subvenciones, condiciones y plazos. Todo esto, para modernizar la actividad empresarial o expandirla, pero especialmente para evitar el cierre de actividades y la desaparición del sector en el territorio. Urge, por tanto, simplificar y reducir la burocracia administrativa que afecta al tejido empresarial químico.
Asimismo, es necesaria una economía circular más eficiente, que fomente el reciclaje y la recuperación de materiales biobasados, para cumplir con los objetivos climáticos. Es imprescindible facilitar el trámite de fin de condición de residuos (FCR), recuperando materiales desechados para convertirlos en materias primas, de manera que la circularidad sea una realidad, apoyando los procesos de CCUS (Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono) con el objetivo de dar la máxima circularidad al CO2 y reducir las emisiones de carbono de la industria electro intensiva en Tarragona.
Estas, son algunas de las medidas, que más necesita el sector para ser competitivo en el mercado químico internacional, continuar su actividad en Tarragona, preservar los puestos de trabajo que genera y, con una perspectiva de incremento, seguir creando riqueza e impacto positivo, en el propio territorio. De otro modo se corre el riesgo de perder uno de nuestros principales motores económicos, la industria química o petroquímica en Tarragona.