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El pasado junio se cumplieron cinco años de la moción de censura a Mariano Rajoy que, le permitió a Pedro Sánchez llegar a la presidencia del gobierno, no antes, sin una maniobra de entramados políticos nunca vistos, daba igual, por aquello que «no importa que un hecho sea cierto, si una vez lanzado se convierte como tal», frase célebre que oí, al hoy podemita Jorge Westrynge, cuando este era el Secretario General de la Alianza Popular de Fraga Iribarne. Al final, la moción de censura prospera gracias a comunistas, independentistas y proetarras. Pedro Sánchez no tardó mucho en convocar elecciones generales, concretamente el 10 de noviembre de 2019, tampoco no dudó en formar un gobierno social comunista con la izquierda más rancia de Podemos, así como de compañeros de viaje a los independentistas de ERC y proetarras de Bildu. Los mismos que no tuvo ningún escrúpulo en su día de negar hasta la saciedad.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en el 2014, defendió con toda contundencia que «Podemos es populismo» que, pretende «convertir España en Venezuela», asegurando que su partido «con el populismo no pactaría ni antes, ni durante, ni después», sorprendentemente como cambian las cosas, increíble, pero cierto. Otra joya del negacionismo es cuando, Pedro Sánchez, afirmaba: «Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo cinco veces, o veinte, con Bildu, se lo repito, no vamos a pactar”, pues ahí tenemos la respuesta, con Bildu si se ha pactado y entre otras prebendas del pacto, aparte del acercamiento de presos de ETA a sus domicilios, la salida de la Guardia Civil de Navarra, la excusa, poco convincente de los acuerdos, la podemos encontrar en su lugar teniente, me refiero a Patxi López, cuando dice: «Hemos pactado con Bildu porque la oposición del PP es indecente», sin comentarios.

Tampoco se encuentra exenta del no, de Pedro Sánchez a partidos separatistas como ERC, cuando afirmaba una vez más «yo lo he dicho en privado, y también lo he dicho en público y lo digo aquí para que conste en acta: yo no voy a permitir que la gobernabilidad de España, descanse en partidos independentistas», cuando la realidad ha sido todo lo contrario.

Las concesiones a ERC: aquel no rotundo en un inicio de Pedro Sánchez a la sedición, lo convierte tiempo más tarde, en una eliminación del delito de sedición, porque entiende ahora que los hechos del 1-O, fueron desórdenes públicos, cuando su propio partido del PSOE, votó a favor en el Senado la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Como también lo ha hecho con la malversación de fondos públicos, rebajando las penas a aquellos que no lo hicieron para enriquecerse personalmente, sino para fines colectivos ilícitos como fue el 1-O, eso sí, financiados con el bolsillo de todos los contribuyentes. Pero aquí no se acaban los privilegios, cada día tenemos más información de las negociaciones paritarias, entre el gobierno español (PSOE-Podemos) y catalán (ERC), como es el caso de la celebración de un referéndum para la independencia, donde Pedro Sánchez dijo con contundencia: «No habrá referéndum de autodeterminación», últimamente no descarta una consulta no vinculante, como también el tema de la amnistía a los condenados. No le falta razón a Feijóo cuando dice: «El PSOE ha debilitado más al Estado de lo que lo han hecho los independentistas».

El PSC de Salvador Illa, no puede quedarse al margen de la entrega y favoritismo al independentismo de ERC. El objetivo final es favorecer a su jefe de filas, Pedro Sánchez, anteponiendo su permanencia en la presidencia del Gobierno de España, a los intereses de muchos socialistas constitucionalistas, que se sienten tan catalanes como españoles. En la campaña de las últimas elecciones autonómicas de Cataluña, el líder socialista catalán juró y perjuró, envuelto en una bandera española que, nunca pactaría con independentistas, quien le ha visto y quien le ve, la prueba más evidente es el voto socialista favorable a los Presupuestos Generales de la Generalitat de Catalunya, con suculentas partidas para embajadas al exterior o chiringuitos independentistas.

Ante estos hechos refutables que, demuestran cada día más las mentiras de Pedro Sánchez, que hoy justifica como «cambios de opinión», a lo único que responden es a un afán de poder, sin importarle el riesgo que supone para la convivencia de los españoles o el progreso de España. Un mandato de decadencia, donde por ejemplo se quiere hacer creer, engañando una vez más, que los datos del paro en el año 2022 han sido extraordinarios, descendiendo los desempleados e incrementando la contratación indefinida, cuando la realidad es que 3,3 millones de contratos fijos, responden a personas que pueden estar en el paro cobrando el desempleo y no activos laboralmente, en resumidas cuentas, los temporales se podrían situar en unos 13 millones de contratos, es decir, un 72% de los todos los contratos realizados en el 2022. Otro ejemplo de desgobierno, la populista Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como «Sí es Sí», ha sido un verdadero desastre, prueba de ello es que, en fecha de hoy, han sido más de mil los violadores o abusadores que se han beneficiado de las rebajas de dicha ley, impulsada, cacareada, exaltada hasta la saciedad por la crack de la Ministra de Igualdad. Ha sido un mandato de Pedro Sánchez que finalizará el próximo 23 de julio, basado en un narcisismo egocéntrico, prepotente, envuelto en un estilo chulesco y autoritario, alejado de los verdaderos intereses generales que unen a todos los españoles.

El fin de la pesadilla de Pedro Sánchez ya ha llegado, me recuerda la letra de una canción del Arrebato que dice: «...ha llegado el momento de subir la cabeza, enterrar la tristeza, de sentirnos tan libres, de sentirnos más fuertes, de ganar el momento, de sentir lo imposible como línea de meta, ha llegado nuestro momento, no es normal vivir a así, dejando que se escapen nuestros sueños...». Es el momento de poder cambiar las cosas, es el momento del PP, de un proyecto político basado en 365 medidas para la reconstrucción económica, social e institucional de España, abrir un nuevo tiempo ilusionante y de prosperidad para nuestra sociedad; es el momento, de un equipo de hombres y mujeres preparados para gobernar España; es el momento para el mejor político que pueda liderar proyectos y equipos, es el momento de Alberto Núñez Feijóo, con una amplia y exitosa gestión pública que le convierte sin duda alguna en el próximo presidente del Gobierno de España.

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