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El día de los Reyes Magos de Oriente, cierra las fiestas de Navidad, un día destacable en la tradición cristiana, pero también, quizás el más esperado para los más pequeños, la noche del 5 de enero se convierte para ellos en una noche mágica. Aunque con el tiempo, otras costumbres venidas desde fuera, han ido asentándose en nuestra sociedad, como es el caso del Papá Noel o Santa Claus, que también hacen las delicias de niños o niñas y cuando no, de mayores. Aunque sea por convicción religiosa o tradición, los Reyes Magos es el día más esperado. El origen de los Reyes Magos, los podemos encontrar en el evangelio de San Mateo, pero como curiosidad, no se mencionan sus nombres, cuenta la sagrada escritura que, «unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer», ofreciéndole oro como Rey, incienso como Dios y mirra como hombre. Eran los tiempos de Herodes el Grande, que hizo llamar a los Reyes Magos para que les dijera el lugar de nacimiento del niño Jesús, con el propósito de acabar con su vida, petición esta que fue desatendida por los Reyes Magos, en algunos escritos la palabra «mago» se le atribuye como un sinónimo de «astrólogo». Después de tres siglos, en el mosaico de San Apollinaire Nouvo, en Rávena, aparecen los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. Ya en el siglo XV aparece el rey Baltasar con tez negra, es entonces, cuando aparte de las diferentes edades, representan las tres razas que conocemos, Melchor, la europea, Gaspar, asiática y Baltasar africano.

En España, en el siglo XIX, comienza la tradición de convertir la noche de los Reyes Magos, en una fiesta dedicada principalmente a los niños, ofreciéndoles una noche mágica, donde se espera con impaciencia los regalos. La primera Cabalgata de Reyes se conoce en el municipio de Alcoy en 1866, para más tarde extenderse en todo el territorio español y en países principalmente hispanoamericanos. Con el tiempo, la festividad de los Reyes Magos, se ha consolidado en un evento cargado de tradiciones.

Tradiciones como, la carta que los pequeños o pequeñas, escriben con todo detalle e ilusión a los Reyes Magos, pidiéndoles sus deseados regalos, que depositan en sus enviados los Pajes Reales. La noche mágica, no se hace esperar, dejando en los balcones o ventanas los zapatos de cada miembro de la familia, con el fin de que se deposite algún dulce en su interior y cuando no, carbón, el que sean zapatos, se relaciona con una leyenda, en la cual dos amigos del niño Jesús, al verle descalzo, quisieron darle sus propios zapatos, que una vez limpios, secaron en el balcón y qué grata sorpresa, el día siguiente aparecieron en su interior deliciosos dulces. Al lado de los zapatos, no puede faltar el agua para los camellos, un vaso de leche con turrones para los Reyes.

Pero el centro de atención tan esperado, es la Cabalgata, como antesala de lo que sucederá durante toda la mágica noche. Las calles de las poblaciones se llenan de luz y color, para disfrutar del paso de los Reyes Magos, depende de los municipios pueden llegar por mar, en otros por aire y en la mayoría por tierra, donde solo pisar el lugar, se les entrega las llaves de la población, para seguidamente recorrer sus calles, encima de engalanadas carrozas, en otros casos a lomos de caballos o camellos estirados por sus Pajes Reales, repartiendo saludos, sonrisas y caramelos a todos los asistentes, ante las miradas tiernas e ilusionantes de los pequeños. No podemos olvidarnos, del famoso roscón o tortell de Reyes, en forma de corona real, donde en su interior se encuentra una figura de uno de los Reyes Magos, que a quien le toque será afortunado, al contrario de a quien descubra el «haba», que no le tocara otra que pagar el dulce.

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