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Los jardines colganes de Babilonia

Regidor de Ciutadans a l’Ajuntament de Tarragona

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Estos jardines son una de las siete maravillas del mundo antiguo. Cuentan que fueron unos jardines exuberantes sobre terrazas con gruesos muros, bóvedas y columnas construidos en el siglo VI a.C. por el rey Nabucodonosor II en señal de amor a su esposa Amytis. Y Tarragona también tiene su «jardín colgante» particular, el Jardín Vertical de la Tabacalera. Una obra faraónica y millonaria que pretendió convertirse, en el 2012, en el buque insignia de la Tarragona Smart City, la mal llamada ciudad inteligente.

Y es que la innovación tecnológica debe estar al servicio de las personas para ahorrarles esfuerzos, abaratar costes o usar la energía de forma más eficiente. Pero nunca debe usarse sin otro objetivo aparente que parecer moderno, y ese ha sido el gran fracaso del Jardín Vertical de Tarragona. El gobierno del alcalde Ballesteros se dejó embaucar por vendedores de humo que le mal aconsejaron desoyendo voces más críticas y prudentes.

Para presumir de que en Tarragona se ha hecho el jardín vertical más grande de Europa y presuntamente muy sostenible, además de gastar una fortuna en su construcción, no se tuvieron en cuenta muchos otros aspectos de diseño: la vegetación no forma un lienzo bonito como en otros jardines verticales, tapa la luz natural de las oficinas, la estructura genera humedades, suciedad y malos olores y sirve de refugio para palomas (con excrementos incluidos). Por otra parte para entrar al edificio, que ha quedado oculto, estás obligado a pasar por debajo de un goteo permanente de agua reciclada y además el conjunto tiene un coste de mantenimiento desorbitado por falta de previsión y mala ejecución.

Desde Ciutadans de Tarragona venimos reclamando su retirada desde el 2014 para eliminar de una vez ese monumento a la ineficacia y al derroche, además de que es un jardín con mucha innovación pero muy poca gracia. Un jardín que no debería haberse construido y que ha consumido recursos que podían haber ido a un parque infantil, a modernizar el parque de la Quinta de Sant Rafael, a instalar una fuente ornamental, a crear parques para perros o a infinidad de mejoras de nuestros parques. Porque realmente los parques y jardines de Tarragona necesitan más inversiones, mejor mantenimiento y, sobretodo, dinamización y programación de actividades para que no se conviertan en espacios marginales.

Los de Cs fuimos el Pepito Grillo de Ballesteros y ahora de Ricomà, quiten ya de una vez semejante mamotreto y pongan fecha de ejecución y presupuesto porque si no aún tendremos para largo con nuestro Jardín Colgante de Babilonia.

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