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«La política no es un juego, es un negocio serio»

Diputada de Cs en el Parlament de Catalunya

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El trabajo parlamentario incluye una gran variedad de iniciativas; desde las preguntas al Govern, pasando por las diferentes propuestas de resolución, hasta la elaboración de leyes. Como grupo en la oposición, además hemos de controlar que dicha actividad parlamentaria no sea un «mero brindis al sol», sino que llegue a buen fin y se traduzca en una mejora de la vida cotidiana de los ciudadanos. El Govern nos tiene tristemente acostumbrados a que, estas propuestas y mociones que aprobamos en el Parlament de Cataluña, se queden en el fondo de un cajón. Una clara muestra del desgobierno del señor Torra.

En Cataluña, somos campeones en ser la primera comunidad autónoma en número de módulos prefabricados. Tenemos más de 1000 y algunos de ellos, enquistados desde hace más de 20 años, tal como reconoció el propio Conseller de Educación, el señor Bargalló.

El pasado martes mi grupo parlamentario Ciutadans, presentó en la comisión de Educación varias propuestas de resolución que devolvían a la actualidad dos de esos proyectos que habían quedado en el olvido para el Govern, más centrado en otros menesteres que en eliminar los barracones en los que estudian los alumnos de la escuela Els Ganxets y Vilamar de Reus y Calafell, respectivamente. Ambas escuelas fueron inauguradas en 2007/2008 con módulos prefabricados de carácter provisional y se han convertido, desafortunadamente, en permanentes. En Els Ganxets de Reus estudian 300 alumnos aproximadamente, incluyendo educación infantil de segundo ciclo y educación primaria, y resulta cuanto menos llamativo que el propio Govern de la Generalitat en el año 2010 aprobase una partida de 5,4 millones de euros para la construcción del nuevo edificio, cuyo anteproyecto se presentó ante la comunidad educativa como un éxito en marzo de 2011, informando que dicho centro vería la luz en un período máximo de 15 meses y que, por lo tanto, alumnos, profesores y resto del personal del centro podrían estudiar y trabajar muy pronto en las mejores condiciones posibles.

Cuenten ustedes cuántos meses y cuántos años han pasado desde el 2011. Otra costumbre del Govern es realizar promesas que nunca cumple y que, en este caso, suponen un perjuicio para la comunidad educativa en general. Gracias a Ciutadans, se ha conseguido aprobar por unanimidad que el Govern se comprometa a destinar el dinero necesario para eliminar dichos barracones, se coordinen los diferentes departamentos de la Generalitat implicados en el proyecto y el Ayuntamiento de Reus, obteniendo un nuevo anteproyecto este segundo semestre de 2019, y que el centro entre definitivamente en funcionamiento de cara al curso 2021/2022.

El caso de la escuela Vilamar de Calafell es similar al anterior en tiempo y forma. En ella estudian unos doscientos alumnos, desde P3 hasta el final de la educación primaria. Más de 10 años después de su apertura, dicha provisionalidad se ha convertido en un mal endémico y hay alumnos que, aun habiendo finalizado sus estudios, no han conocido un centro en condiciones. Nuestro portavoz municipal José Manuel Tejedor, presentó también una moción en el Ayuntamiento en 2017, instando a la Generalitat a que esta situación se revirtiera en beneficio de los alumnos calafellenses. El resto de grupos votaron en contra.

Como Diputada en el Parlament por Tarragona, volví a insistir en esta necesidad (para nuestro grupo es prioritaria) llevando una propuesta a la comisión de Educación, que en esta ocasión sí conseguimos que se aprobara, aunque no con los votos a favor del Govern nacionalista de JxCat y ERC.

Invito al lector a una reflexión: la de valorar si cree que este Govern prioriza los problemas reales que tenemos en Cataluña (aquellos sobre los que Ciutadans trabaja constantemente) o si, por el contrario, sólo piensan en sus sillones.

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