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Tarragona acogerá el lunes un 'macroexamen' teórico del permiso de conducir con 3.000 aspirantes

El convocatoria extraordinaria tendrá lugar en el Campus Educativo de la Laboral con el objetivo de descongestionar las listas de espera

Un alumno practicante tests de la prueba teórica

Un alumno practicante tests de la prueba teóricaGerard Martí

Marta Omella
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Tarragona

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Un total de 3.000 personas están convocadas el lunes próximo a hacer el examen teórico del carnet de conducir en Tarragona, en una jornada extraordinaria que tendrá lugar en el Campus Educativo de la Laboral. La convocatoria multitudinaria se organiza con el objetivo de reducir las largas listas de espera que acarrea la demarcación, una problemática que se repite por toda Cataluña. De las pruebas previstas, 2.100 corresponderán a la sede de Tarragona, mientras que las 900 restantes serán para la sede de Reus.

El dispositivo tendrá una duración total de diez horas y se ubicará en el comedor de las instalaciones. Con el fin de dar cabida a todos los aspirantes, la jornada se desarrollará en diez sesiones diferentes. Así, cada turno acogerá a 300 alumnos, que quedarán divididos en diez sectores. Se trata de una medida extraordinaria pactada entre la Asociación de Autoescuelas de Tarragona y la Jefatura Provincial de Tráfico con el objetivo de reducir los tiempos de espera, que actualmente son de hasta tres meses.

«El problema principal es la falta de logística. Tenemos una capacidad limitada, con aulas que únicamente acogen 25 ordenadores», explica Aaron Sabat, vocal de la asociación y director de la autoescuela Sabat. De esta manera, los aspirantes tendrán que examinarse «en la antigua», con papel y bolígrafo. «Hemos buscado un sitio que pueda albergar el máximo número posible de personas y, aun así, algunos alumnos han quedado fuera», señala. Con esta convocatoria, asegura, tienen la esperanza de «desbloquear» la situación.

Índice bajo de aprobados

Cada vez son menos las personas que aprueban el examen teórico en la primera. El pasado mes de octubre, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, atribuyó esta tendencia a la acumulación de personas a las listas de espera. «Mucha gente estudia desde casa y ya no va a las autoescuelas. Además, saben que, si suspenden, tendrán que volver a esperar para repetir la prueba, y eso les genera todavía más nerviosismo», apunta a Pep Calvet, profesor de la autoescuela Balboa.

Los tiempos de espera para el examen práctico tampoco son muy esperanzadores. Actualmente, la demarcación tiene más de 7.000 personas pendientes de acceder a una fecha. «Digamos que, de estos 3.000 aspirantes, aprueban 1.500. ¿Qué hacemos con ellos? Muchas escuelas no tendremos la capacidad para acogerlos», dice. «El proceso se alarga y, al final, el precio también se encarece. El tiempo va pasando y, mientras los alumnos esperan, siguen haciendo prácticas y dejándose cada vez más dinero», añade al profesor.

Alumnos esperando su turno para examinarse del examen práctico

Alumnos esperando su turno para examinarse del examen prácticoGerard Marti Roig

Por otra parte, recuerda que el examen teórico tiene un periodo de vigencia de dos años. Una vez se agota, hay que volver a superar la prueba. «Al final se tendrá que ampliar el plazo, porque muchos corren el riesgo de agotarlo», afirma. «Sólo podremos presentar a cinco alumnos durante el mes de enero, cuando tenemos muchos otros que hace tiempos que lo piden. Es un pitote; al final, eso acabará con una huelga», opina.

Los alumnos, indignados

Como es de esperar, la situación tampoco ilusiona a los alumnos. «Están indignados, y es normal. Al final, esta frustración la pagan con las autoescuelas, aunque en muchos casos saben que no tenemos la culpa», explica Sabat. «Es constante y agotador, sobre todo para las personas que atienden al público. Se hacen un hartón de gestionar quejas y dar explicaciones. Hay gente que lo entiende, pero hay que no lo quiere entender», concluye.

¿Por qué faltan examinadores a Tarragona?

El motivo principal de las largas listas de espera por todo el Estado es la falta de examinadores. El pasado mes de octubre, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció la incorporación de 16 nuevos examinadores en Cataluña. 
El anuncio se hizo en respuesta a una pregunta de ERC sobre la gestión de la Dirección General de Tráfico (DGT). No obstante, indica Sabaté, en Tarragona estos funcionarios todavía no han llegado. «Hay más plazas que interinos y, por lo tanto, han podido escoger jefatura. Ninguno ha escogido venir aquí, y tampoco los podemos obligar», explica. 
La situación es similar al resto de Cataluña. «Tiene uno de los costes de vida más elevados del Estado, y eso hace que se decanten por otras comunidades autónomas, ya que les sale más a cuenta», señala. La falta de relieve generacional tampoco ayuda a la situación. «No es una profesión especialmente popular ni vocacional.  La mayoría son antiguos profesores, pero casi nadie sabe cómo se puede acceder», apunta. Para poder optar a ser examinador hace falta tener más de 23 años, el título de bachillerato o un equivalente, y el permiso de conducir de la clase B con al menos tres años de antigüedad, así como los permisos A2 y C o D.
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