Urbanismo
Les familias de la Escola l'Arrabassada de Tarragona reclaman aplazar las obras de Parcelas Iborra hasta el verano
Aseguran que los trabajos afectarán gravemente al desarrollo de las clases y el bienestar de los alumnos

El nuevo vial se construirá junto al patio y las aulas de educación infantil del centro.
La Asociación de Familias de Alumnos (AFA) de la Escola l'Arrabassada ha recogido más de 370 firmas para reclamar al Ayuntamiento de Tarragona que aplace las obras de urbanización de Parcelas Iborra hasta el verano, cuando finaliza el curso lectivo. Este proyecto incluye una primera actuación justo junto a uno de los muros perimetrales del centro, donde se construirá un nuevo vial que conectará la zona de la Ermita de la Salut con la calle Mercè Rodoreda y que requerirá rebajar hasta siete metros de profundidad de roca calcárea.
Les familias denuncian que los trabajos generarán niveles muy elevados de ruido, vibraciones y polos justo al lado del patio y a unos diez metros de las aulas de educación infantil. Esta situación, apuntan, afectará gravemente al desarrollo de las clases, así como los ratos de descanso y ocio de los alumnos más pequeños. «Hay niños de dos y tres años que hacen todas las horas lectivas en el aula. También la siesta», apunta el presidente de la AFA, a Sergi Albarrán, quien señala que hay «más de una veintena de niños con necesidades especiales». De hecho, algunos padres «se plantean no llevar a su hijo a la escuela».
«Proponemos que las obras empiecen el 1 de junio y que las obras sólo coincidan con las últimas semanas del curso», dice Albarrán, quien lamenta que, si se ejecutan ahora las obras, el centro «no tiene margen de maniobra» para «mover a 138 niños en otro lugar».
Minimizar la afectación
El consejero de Urbanismo, Nacho García Latorre, compareció el pasado viernes para explicar que se tomarán diferentes medidas para minimizar las afectaciones tanto como sea posible: «Se cambiará de maquinaria y ya no se hará una perforación continua de la piedra, sino que se limará». «Se reducirá mucho el ruido y, sobre todo, las vibraciones», afirmó el tercer teniente de alcalde, quien destacó que se acortarán los plazos de ejecución. Además, se instalarán mantas acústicas.
El consejero remarcó que «se aprovecharán al máximo las vacaciones de Navidad» para avanzar los trabajos, que estaba previsto que se alargaran durante cuatro meses de los diez que durará la obra global. Por otra parte, García aseguró que es necesario crear primero este nuevo vial para poder ejecutar la posterior urbanización de las Parcelas Iborra, una intervención esperada desde hace «más de 40 años».
«Les máquinas serán menos agresivas, pero el área de riesgo de proyección de material es como mínimo de 10 metros, que está donde se encuentran las puertas de cristal de las aulas», apunta a Albarrán, quien explica que las familias están estudiando «con abogados» presentar una denuncia a Fiscalía. «No queremos llegar a este punto, pero es que el Ayuntamiento ni siquiera se ha reunido con nosotros», asegura.
El consejero comarcal de Educación, Jordi Collado (ECP), también ha mostrado su disconformidad al Ayuntamiento y la Generalitat a través de una carta donde exige reprogramar las obras. «Si el proyecto inicial preveía iniciar las obras en junio y los trámites se han complicado, estos imprevistos administrativos no los pueden pagar las criaturas», critica al edil, quien dice que «4 meses de limar piedra enganchados al patio de los más pequeños es una decisión política que condena a la escuela a convivir con ruido, polvo y vibraciones. Les obras pueden esperar; el bienestar de los niños y niñas, no».