Sociedad
Adiós a las monjas de Lestonnac: abandonan la escuela después de 300 años
La Catedral acogerá esta tarde una misa para despedir a las hermanas

De izquierda a derecha: Josepa Espasa, Victòria Riera, Carmen Gil, Montserrat Marimón (superiora), Teresa Carner, Estrella Ramos y Dolors Yepes.
Un dolor, pero también un gozo. Así resume Montserrat Marimon, superiora de la comunidad de monjas del colegio Lestonnac L’Ensenyança de Tarragona. Lea últimas siete hermanas del centro lo abandonarán definitivamente, después de una historia de más de 300 años. «Vemos que la escuela funciona perfectamente y está en buenas manos. No ha sido una decisión fácil, pero creemos que es lomás adecuado», expone Marimon.
Concretamente, un grupo de monjas en el año 1698 impulsó la creación del colegio, en el mismo lugar donde se ha mantenido todo este tiempo. «Se lo plantearon unas mujeres de Alcover, preocupadas por la juventud femenina y su educación. Recibieron los permisos reales y del arzobispado y pudieron empezar la actividad en Tarragona», explica Marimon.
Pero la idea fue anterior, cuando en el año 1683 un grupo de cuatro jóvenes catequistas de Alcover se instalaron en Tarragona para dedicarse a la formación de los jóvenes. Después de varias vicisitudes consiguieron la licencia eclesiástica para fundar una comunidad de la Companyia de Maria.
Para llevar a cabo esta fundación, llegan a Tarragona en 1698 tres religiosas: Maria Humbert, Rosa Bosch y Maria Ballester de la casa de Barcelona, ciudad en la que ya existía desde 1650 un convento de este orden. La escuela ha formado miles de tarraconenses que, durante su proceso académico, han sido acompañados por la Companyia de Maria.
Las últimas en hacerlo, junto con Marimon, han sido Josepa Espasa, Victòria Riera, Carmen Gil, Teresa Carner, Estrella Ramos y Dolors Yepes. «Tenemos que agradecer la confianza de los padres. Hemos intentado inculcar siempre nuestros valores y creo que los buenos resultados del colegio así lo demuestran. Lo que se sembró en su momento ha dado sus frutos», dice la superiora.
Las monjas se despidieron recientemente de los alumnos del colegio. «En una clase de P-5, la maestra les preguntó qué mensaje nos querían dar. Y dijeron que ‘nosotros ya cuidaremos la escuela’. Me pareció entrañable y demuestra lo que ha supuesto esta historia», expresa Marimon.
Este viernes se celebrará una misa de acción de gracias en la Catedral para homenajear a las hermanas. «Es el centro religioso de la ciudad y creemos que era el lugar más adecuado para hacerlo. Animamos a todo el mundo que pueda a ir. Será la forma de decir adiós a los tarraconenses», explican.
Por todo el país
La falta de relevo generacional en la Companyia también es uno de los motivos de su marcha. La voluntad es unificar las comunidades. En este sentido, las hermanas irán a otras comunidades religiosas donde consideran que será más necesario su trabajo. Algunas irán a Barcelona, otras a Cardedeu y Mollet, y algunas también al barrio de Vallecas, de Madrid. «Empezamos una vida nueva, más activas incluso. Mantendremos la llama encendida», concluye Marimon.