Educación
Los colores de la ciencia cobran vida en la URV
Ayer arrancaron los talleres de la Semana de la Ciencia, que contarán con la participación de 1.700 alumnos

Dos alumnas observan cómo se mezclan los pigmentos que crearán un nuevo color de pintura
Los colores y la programación son este año los grandes protagonistas de los talleres experimentales de la 12.ª Semana de la Ciencia de la Universitat Rovira i Virgili, que arrancaron ayer en el CRAI del Campus Sescelades. «Decimos Semana de la Ciencia, pero en realidad son tres, llenas de actividades por todo el territorio», recordaba el rector de la URV, Josep Pallarès, durante la inauguración.
Más de 1.700 alumnos procedentes de 25 centros educativos participarán en talleres, juegos, y experimentos, diseñados, con el objetivo de «promover estas vocaciones científicas a toda la juventud» e impulsados con el apoyo del AEQT.
Este año los estudiantes de quinto de primaria de la escuela Santa Teresa de Jesús de Tarragona fueron los primeros a adentrarse en esta «fábrica de acuarelas» que se ha instalado en el CRAI universitario hasta el 14 de noviembre.
Durante noventa minutos, los alumnos se convirtieron en los trabajadores de una empresa de pinturas que ha decidido automatizar sus procesos. Primero, los grupos se dedicaron a programar una placa Arduino para controlar los motores y sensores; después, pusieron en marcha el sistema para mezclar pigmentos y conseguir nuevos colores.
«Trabajan con lenguaje mBlock, que permite programar por bloques, y es muy visual y sencillo. De esta manera, niños y niñas de primaria pueden entender conceptos de robótica sin tener que escribir código», explicaba Carles Lozano, coordinador de URV Divulga.

Una alumna trabaja en la programación de la actividad
Ambos grupos, sin embargo, parecían dominar bastante el tema. «En la escuela trabajamos la robótica desde infantil, así que ya están familiarizados. Cuando han reconocido lo que veían en la pantalla se han puesto contentos, enseguida han entendido la dinámica», afirmaba Cristina Padrer, tutora de quinto B de la Escuela Teresianas.
Hace tres años que el centro participa en esta actividad. «Venir a la universidad los abre un mundo nuevo. Los hace mucha ilusión ver las instalaciones, trabajar en un laboratorio...», aseguraba Mireia Espies, tutora del grupo A.
«Me gusta mucho hacer excursiones y aprender cosas nuevas que no siempre podemos hacer en clase», decía emocionada Carlota Pérez, mientras subía el brazo para preguntar una duda. Nunca se había planteado dedicarse a la ciencia o la tecnología, pero «estaría guay», reconocía.
Marc Gaseni, en cambio, tiene claro que quiere estudiar Ingeniería Automovilística. «Lo que más me ha gustado ha sido la primera parte, porque hemos aprendido cómo programar un motor», apuntaba.
Para Sofia Alejandra, el más fascinante fue la creación de los nuevos pigmentos. «Me gusta mezclar colores y ver qué pasa. Quería que me tocara hacer lila, pero no pasa nada», comentaba delante de un brillante naranja. Estas acuarelas volverán con ellos al centro, donde las utilizarán para pintar.
Los estudiantes voluntarios de la URV, encargados de impartir los talleres, también disfrutaron de la actividad. «Como ahora no tenemos exámenes nos pareció una buena idea. Enseñando se aprende mucho», decía Vanessa Montull, que cursa tercero de Ingeniería Química. También es bonito que las niñas vean que las ingenierías no son sólo para chicos. Aquí todos somos iguales», añadía.
Más allá de los talleres, la Semana de la Ciencia ofrece una cuarentena de conferencias, rutas gamificadas y actividades divulgativas abiertas al público.