Sociedad
Restauradores del Baix Penedès alertan de que si al final cae el sector primario de la pesca, caerá la forma de ser del territorio»
Los trabajadores de los restaurantes avisan de que limitar la pesca es un «misil directo» a la economía del litoral y que los obligará a cambiar las cartas de los locales
La limitación en la pesca de arrastre que plantea la Unión Europea será un «misil directo» en la economía del litoral, según varios restauradores del Garraf y el Baix Penedès consultados por ACN antes del acuerdo de madrugada de la UE.
El sector teme que reducir los días anuales de pesca comprometa sus negocios pero también toda una cultura y filosofía estrechamente vinculadas al pescado de proximidad. Ahora, el pacto permitirá a los pescadores ampliar los 27 de trabajo con «medidas sostenibles, a pesar de que el sectores apunta que no todos los pescadores podrán aplicarlas. «Si cae un sector primario, cae la forma de ser de nuestros municipios», lamentan propietarios, chefs y clientes de la Lonja de Vilanova i la Geltrú.
«Esta problemática es un misil que va directamente hacia un tejido económico y cultural», afirma el responsable de comunicación del restaurante La Daurada de Vilanova, Orlando Palacios, que defiende que «la gastronomía también es cultura y hay que reivindicarla desde la pesca mediterránea de proximidad».
Y es que el pescado directo de la lonja, los arroces, carpaccios, croquetas o salteados con producto fresco marca las cartas y menús de la mayoría de restaurantes de primera línea del litoral. Esta insignia, sin embargo, puede cambiar radicalmente con una limitación de la pesca de arrastre que tiene como punto de partida los 27 días anuales y obliga a hacer más esfuerzos de sostenibilidad por ampliarlos. «¿Qué hago en mi restaurante recibiendo producto fresco sólo 27 días al año? ¿Pretenden que lo congele para el resto de jornadas?», se pregunta, indignado, Toel Falero, chef y propietario del restaurante Hibou de Sitges.
Este restaurador resalta que la filosofía de su local se basa en un trabajo directo con pequeños productores y pescadores de la zona, y avisa de que comprar pescado de piscifactorías «va justamente en contra de la esencia del restaurante». Estos días, debido a la huelga de pescadores, ya hay platos de la carta que no puede ofrecer y avisa de que tendrá que cambiar buena parte del planteamiento actual si los pescadores no pueden trastear más.
Una sensación que comparten varios compañeros de profesión consultados. «Da miedo que nos limiten poder ofrecer pescado de calidad», relata el propietario del restaurante familiar Vell Papiol de Calafell, David Vernet. Recuerda que en su municipio la actividad pesquera desapareció hace años para concentrarse en el puerto de Vilanova, y avisa de que «si al final cae todo el sector primario de la pesca, caerá toda una forma de ser del territorio». «No nos podemos permitir perder esta esencia», resalta.
Desde Vilanova, el propietario de los restaurantes Cal Pachurri y La Pepa, Eduard Agell, define la ciudad como un «balcón de cara al Mediterráneo» y presume de tener muy cerca una de las lonjas más importantes de Cataluña. «De aquí no consumimos sólo la gamba y el pescado fresco que ofrecemos a la carta, sino que también sale la esencia del fumet, que es el perfume que impregna todos nuestros arroces», recalca, lamentando que recortar los días de pesca afectará directamente «al origen» de la propuesta gastronómica de sus restaurantes.
Estos dos días de huelga ya han tenido que reorientar una parte de las cartas, «porque lo más importante ahora es dar apoyo al sector pesquero y resistir, en vez de ir a buscar alternativas a las piscifactorías». «Pero no es fácil gestionar el impacto de la falta de producto», añade.
Muy cerca, en el restaurante la Gambarrada, el propietario David Reig se plantea si la falta de producto de cara al 2025 le obligará a cambiar el nombre de su local: «Lo bautizamos así porque ofrecemos arroces, croquetas y varios platos hechos con gamba y producto directo de la lonja». Reig asegura que el éxito de estas propuestas radica en dos la proximidad y la calidad, «nada que ver con la producción industrial». De hecho, asegura que si no puede ofrecerlo en la carta, antes montará una tienda que introducir pescado que no sea de la lonja.
Aparte de impactar en la actividad de los restaurantes, la limitación de los días de pesca de arrastre también tendrá un efecto directo en la actividad de los distribuidores. Es el caso de Ventura Peixos, que suministra producto de la Lonja de Vilanova a buena parte de los restauradores de la zona y también se dedica a la venta particular a domicilio. Tiene una cartera de más de 200 clientes y su propietario, Joan Ventura, asegura que el planteamiento que hace Europa «no tiene ningún sentido para todos los negocios que creen en el pescado de proximidad».
Ventura, hijo de familia de pescadores, defiende que su negocio es atractivo precisamente porque ofrece algo que no tienen las grandes superficies. «No podemos ir a competir con industrias que venden pescados de otros países donde seguramente los pescadores no reciben el valor que les correspondería», afirma. Aparte de defender el pescado|pe de proximidad porque es la esencia de su negocio, advierte que las limitaciones europeas impactarán directamente en la alimentación: «Yo tengo derecho a escoger comer bien y no puede ser que eso me lo priven».
Ventura considera que tras el planteamiento que hace la UE hay «factores económicos que la ciudadanía desconoce». Cree que ahora mismo el pescado de proximidad representa una competencia muy fuerte en las grandes te industrias pesqueras, «a las cuales los interesa en que desaparezca». «Si no hay pescado de proximidad, su producto podrá duplicar o triplicar el precio», augura.