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El primer verano en el refugio de Arbolí

Desde la primavera pasada, Maria Saavedra es la nueva concesionaria del equipamiento

Maria Saavedra, en la puerta del Refugio de Arbolí.

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«Aquí arriba estoy superfeliz». Este es el resumen del primer verano de Maria Saavedra al frente del Refugio de Arbolí, después de obtener la concesión esta primavera.

Maria abrió puertas del Refugio el pasado 11 de junio, después de liarse la manta a la cabeza personal y profesional, fruto de lo que ella misma describe como «la necesidad de ir al monte ». Saavedra es nacida en Terrassa, aunque hace trece años que vivía en Tarragona. Tiene 34 años y es pedagoga de formación. Explica que fueron «las casualidades de la vida y una historia que sería muy larga de explicar» las que la llevaron hasta el Refugio. Conocía la zona, porque practica la escalada, pero no había estado nunca en el pueblo ni tampoco se había alojado nunca. Ahora, dedica todo su tiempo, repartido entre los trabajos del hospedatge y el servicio de bar.

Este verano ha sido la prueba de fuego, una experiencia que valora positivamente, aunque «junio y julio fueron flojitos». Eso sí, en agosto le llevó todo el trabajo que no había tenido antes. Entre los clientes, detalla, había bastantes grupos, familias o amigos que querían hacer alguna celebración, personas que estaban en ruta o venían a conocer la zona e, incluso, «gente que estaba teletrabajando e iba cambiando de lugar haciendo rutas».

En el Refugio, Maria Saavedra ofrece un sencillo servicio de bar: «Tengo hamburguesas, pizzas, cuatro tapas y, cada semana, cuatro o cinco platos de temporada, que siempre procuro hacer con producto de proximidad».

En cuanto a la vida de pueblo, asegura que en Arbolí se encuentra «muy bien», porque es un pueblo «con mucha vida y muy dinámico», y que este primer verano «ha sido muy bonito». Ahora, apunta, se ha puesto como objetivo ir conociendo más a fondo la zona, sobre todo los espacios de escaldada y boulder –una modalidad que consiste en escalar bloques de roca o paredes pequeñas sin el equipamiento propio de la escalada– porque está donde hay sus clientes potenciales.

El Refugio de Arbolí dispone de dieciséis plazas de alojamiento, aunque a causa de las medidas de seguridad por la pandemia, a día de hoy sólo se ofrecen 6. Los huéspedes pueden escoger la modalidad de desayuno o desayuno y cena, y también se puede ir sólo a comer, aunque se recomienda hacerlo con reserva previa.

Detalle del interior del Refugio.

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