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Medio Ambiente

Alertan que 30 aerogeneradores y más de 200 hectáreas de placas solares «trincharán» el Burgar

La depresión entre Cardó-Boix y las montañas Tivissa es un corredor ecológico para aves protegidas

Dos de los grandes aerogeneradores del parque la Collada del Perelló con máquinas trabajando.

Vecinos y ecologistas alertan que 30 aerogeneradores y más de 200 ha de placas solares «trincharán» el BurgarACN

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La entidad GEPEC-EdC y la asociación Salvem lo Burgar alertan de la amenaza de numerosos proyectos de energía renovable en trámite para implantarse en esta zona, la depresión entre la sierra de Cardó-Boix y las montañas de Tivissa, un corredor ecológico para la avifauna entre el Baix Ebre y la Ribera d'Ebre. A las 3 plantas solares (257 hectáreas), las 4 centrales eólicas (30 aerogeneradores de 200 metros de altura) y las dos líneas de evacuación, se podrían añadir 20 parques eólicos (165 molinos) y 4 plantas solares (225 ha) más, que temen que hay «sobre la mesa» para construirse en el Burgar. Lamentan que se siga perpetuando el mismo modelo de explotación de recursos, de aprovechamiento de las zonas rurales y de impacto sobre la biodiversidad.

El Perelló (Baix Ebre) fue de los primeros municipios de Cataluña en acoger centrales eólicas. Funcionan 72 aerogeneradores en las centrales Colladetes y Calobres, que juntas producen cerca de 50 MW. El año 2008, el presidente de la Generalitat, José Montilla, inauguró elmayor molino de viento de Cataluña. Era el parque la Collada, que se puso en marcha con un único aerogenerador de 140 metros. Aquel proyecto quedó parado, pero se ha reactivado con la construcción dos aerogeneradores de 200 metros de altura –se preveía un tercero que de momento no se ha levantado.

El proyecto se ha sacado adelante en medio de recursos, denuncias y obras paradas y reanudaciones, mientras se resolvía la legalidad y la validez de la licencia de obras –así como las dudas sobre un informe de impacto ambiental publicado en el DOGC en el 2011. Un particular, afectado directamente por estos nuevos molinos de viento, mantiene y continúa adelante con un recurso contencioso administrativo contra esta segunda fase de la central eólica la Collada. GEPEC-EdC batalló con recursos de reposición al consistorio para que este proyecto «con 20 años de antigüedad» no continuara. «Ha pasado mucho tiempo y las cosas cambian», ha insistido Jordi Buxonat, portavoz de la entidad.

Primero de muchos

Esta obra ha sido un mal presagio en la zona. Desde la base de la torre de estos dos grandes aerogeneradores se puede observar todo el valle y las montañas del Burgar, «una de las regiones mejor conservadas del país», por paisaje y biodiversidad, así como un corredor ecológico que forma parte de un área de interés faunístico. Los ecologistas se oponen a convertir el Burgar en «un macropolígono industrial de infraestructuras energéticas» y alertan del sacrificio que puede suponer para especies protegías y amenazadas.

Desde GEPEC-EdC insisten en que el Burgar está rodeado de espacios protegidos, PEIN y Red Naturaleza 2000, y se pueden encontrar especies como el águila dorada y el águila perdicera (tres y cinco parejas, respectivamente), así como otras aves de rapiña como el duque, la lechuza y el búho común. De hecho, indican que es un lugar de paso de buena parte de las planeadoras rapaces emigrantes que se pueden ver en Cataluña, como el milano real. Todas estas especies son protegidas, vulnerables o en peligro de extinción (el caso del águila perdicera y el milano real) en Cataluña, según el nuevo catálogo de fauna salvaje autóctona amenazada y de medidas de protección y de conservación de la fauna salvaje autóctona protegida, aprobado el año pasado (Decreto 172/2022).

Criterios relajados

Con el anterior decreto de renovables, el hecho de que los proyectos pudieran tener impacto sobre estas especies de aves era suficiente justificación para que la Ponencia de Energías Renovables las tumbara en el trámite de la consulta previa. Los ecologistas temen que estos criterios se hayan relajado con la modificación del decreto 16/2019.

Según el representante de GEPEC-EdC, Joaquim Estellé, el criterio del águila perdicera todavía es «lo bastante firme» para evitar los parques eólicos, pero el problema es que también se están concentrando proyectos solares en las zonas rústicas y rurales, cuando el recurso del sol es equitativo e igual también en las áreas metropolitanas -donde se consume el 90% de la energía producida.

«No es que el águila lo tenga que salvar, sino que tenemos que salvar el águila», ha reclamado Estellé. «Todo tiene un valor, también el paisajístico es muy grande, pero lo que realmente tiene un problema grave de conservación son las especies y aves como el milano real y el águila perdicera, que tenemos que salvaguardar», ha añadido. Para Estellé no se puede tomar como ejemplo el modelo aragonés de implantación energética porque se están registrando «mortalidades de especies que dan pavor». «No conseguiremos cambiar los efectos del cambio climático y acabaremos perdiendo lo que todavía tenemos, la biodiversidad», ha reivindicado.

Zonas despobladas

La falta de contestación social y el coste (barato) de comprar y explotar los suelos rústicos son en buena parte el motivo para que las promotoras eólicas se sigan fijando en zonas vírgenes como el Burgar, un espacio poco poblado, que hasta hace muy poco «se encontraba fuera de las rutas de comunicación de personas y mercancías más habituales», y no ha sufrido transformaciones.

Los ecologistas tampoco descartan que Tivissa (Ribera d'Ebre) haya puesto el foco sobre el Burgar al situar en esta zona los tres lotes de terrenos municipales donde, «de manera ordenada y controlada», proponen que se implanten los proyectos de renovables. Tienen uno de los mayores términos municipales de Cataluña, pero justamente por la lejanía de la zona al núcleo de población, desde la asociación en defensa del Burgar recuerdan que se han vendido muchas masías para segundas residencias o alojamientos rurales y que ahora toda la zona está «humanizada».

Fincas con árboles arrancados

Cerca de la carretera se ven ya algunas fincas con los árboles o las vides arrancadas y se prevé que el impacto también se hará notar en la vegetación natural, zonas de bosque y otras áreas de matorrales donde abunda el palmito -especie protegida en Cataluña- que se tendrán que eliminar. Ramon Piñol, portavoz de Salvem Lo Burgar, denuncia que este es un modelo que repite los errores del consumo, de energía fósil: «arrasar todo el recurso hasta que se acabe». «Se cargarán la fuente de ingresos principal de los municipios de la zona», ha lamentado.

Desde Salvem lo Burgar ya preparan alegaciones para presentar a final de este mes de enero en dos de estos parques solares en trámite y uno eólico mientras trabajan por «movilizar la zona» del Perelló, Tivissa, Rasquera y l'Ametlla de Mar. Quieren organizar «algún tipo de propuesta para hacer más evidente la repulsa por como se trata el territorio y la gente que vive allí», que es lo que mantiene y ayuda al territorio a resistir contra amenazas como los incendios forestales.

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