Un monstruo en las aguas del Ebre

Las aguas del Ebre esconden verdaderos monstruos. A principios de agosto, Juan Dalmau, pescador deportivo de la Torre de l'Espanyol, lo comprobó de primera mano después de sacar del río un siluro albino de 2,55 metros y casi 100 kilos. Una gesta que no fue nada fácil, Dalmau tuvo que batallar con la criatura durante dos horas para poder sacarlo del agua y cuando lo hizo, comprobó con su compañero que se trataba de todo un récord en el Ebre y, en palabras suyas, «quizás he conseguido pescar el pez de mi vida». Los siluros son una especie invasora en el Ebre. Según explica Dalmau, hace más de 40 años que habitan las aguas del río y se han convertido en un miembro más en el ecosistema. Juan Dalmau ha estado relacionado con la pesca desde que era bien pequeño y en la adolescencia es cuando empezó a buscar peces mayores. En todo este tiempo, Dalmau aseguró que «he pescado miles, de todas las dimensiones y de más grises a más verdes, pero nunca uno blanco. Ejemplares como estos hay contados en el Ebre».

Para Dalmau, el momento más impactante fue cuando tuvieron el pez bajo la embarcación: «Cuando vi el tamaño, tanto yo como mi hijo temblamos de miedo, me salía el corazón por la boca». La batalla contra el siluro no fue nada fácil. Dalmau consiguió sacarlo del agua después de dos horas de tira y afloja. «En los primeros 45 minutos el pez es el que manda, lo que intenté era mantenerme estableen la embarcación y ponerme encima de él», señaló Dalmau. Después de la acometida inicial, el siluro, poco a poco, se quedó sin energía y en aquel momento fue cuando el pescador estiró.

Dalmau también destacó la importancia de ir acompañado para pescar estos animales: «Uno lo pesca y el otro, con dos guantes, lo saca del agua cogiéndolo de la boca con los dos brazos». Cuando lo sacaron del agua, Dalmau estaba acompañado de su hijo de 14 años, su mujer y un compañero que se encargó de medir la pieza y le comunicó que había roto un récord tanto por el tamaño como por la rareza de haber conseguido un ejemplar de siluro de este color.

Después de toda una vida en la pesca deportiva, Dalmau ha recorrido el Ebre de arriba abajo y no es partidario de matar los animales que pesca. «Creo que es más bonito volver a dejarlos en el río y poder volver a pescarlos en un futuro», concluyó. La pesca de siluros en Cataluña no está prohibida, pero Dalmau se arriesga a una denuncia si lo pillan devolviéndolos al río. «La normativa se asegura de que sólo lo puedes matar si tienes un contenedor orgánico a menos de 100 metros de la zona de pesca, eso es imposible», aseguró.

El ebrense lamentó que en Cataluña la pesca deportiva está desperdiciada: «Ponen muchas trabas. Este deporte permite poner en el mapa muchos pueblos y sería muy beneficioso para Cataluña, creo que se tendría que hacer un esfuerzo».

Juan Dalmau no sólo se ha recorrido el Ebre, también ha viajado a zonas de Francia y diferentes partes del territorio catalán por la pesca deportiva. Aparte de siluros, también se dedica a pescar carpas, unos peces de los cuales se han encontrado ejemplaresque han superado los 30 kilos. El río Ebre, sin embargo, siempre ha sido su lugar especial para pescar.