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Medio Natural

La población de cabra ibérica de los Ports se estabiliza después hayan muerto el 85% por la sarna

La incidencia de la enfermedad se reduce al 3% de 540 ejemplares, según el último censo de la Reserva de Caza

Dos ejemplares de cabra ibérica y sus cabritos pasean por las Rocas de Benet de Horta de Sant Joan.

La población de cabra ibérica de los Ports se estabiliza después hayan muerto el 85% por la sarnaACN

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Desde la entrada del parásito de la sarna en la parte catalana del macizo del Port el año 2015, la población de cabra ibérica se ha reducido un 85%. El censo más bajo se registró el año pasado (504 ejemplares), pero este año se han censado 540 y desde la Reserva Nacional de Caza se considera un indicador «de estabilización» de la población. Para ralentizar la expansión de la enfermedad entre las cabras del Port se aplicó «un vacío sanitario» y otras medidas. En otras reservas o territorios como Andalucía, la sarna prácticamente ha extinguido la cabra salvaje. La enfermedad no se erradicará, pero las cabras generan inmunidad al ácaro que la provoca y la incidencia ha bajado mucho, este año con sólo los 3% de las cabras (17) del censo con síntomas de sarna.

La cabra montesa (o salvaje) vive en la península Ibérica y es uno de los bóvidos del género en Europa, junto con las cabras salvajes de los Alpes (o íbex) y las del Cáucaso – además de las domésticas. En la Reserva Nacional de Caza de los Ports, el año 2015, antes del impacto de la sarna, había un poco más de 3.620 ejemplares de cabra ibérica. La epidemia que ha provocado esta enfermedad infecciosa de la piel ha provocado la muerte del 85% de los animales en la parte catalana del macizo, pero en el censo que se hizo este pasado invierno, el número de ejemplares ha remontado respecto el año anterior, de 504 ejemplares en 540.

El director de la Reserva Nacional de Caza de los Ports, Josep Vicenç Jovaní, ha celebrado poder hablar «de estabilización» de la población después de unos años de mucha mortalidad. «De cualquier epidemia como esta, se produce una mortalidad del 85% de los animales y después se alcanza una densidad muy baja en que el parásito no se transmite tan fácilmente. La población coge inmunidad y se va recuperando la especie», ha descrito Jovaní.

El director de la Reserva ha insistido en que una vez los animales «han conseguido la capacidad de sobrevivir», la incidencia baja. Actualmente, sólo se han detectado 17 cabras montesas con síntomas de sarna (un 3% del censo) cuando el año pasado fueron 73 (cerca del 15,5% del censo). Con esta situación, la Reserva Nacional de Caza de los Ports puede plantear la posibilidad de introducir nuevos rebaños de cabras traídas de fuera del territorio. «Se plantea y se está hablando» de hacerlo con ejemplares de la zona de la cordillera de Montserrat. Primero se situarían en el cerrado cinegético que hay en el parque natural y, una vez adaptados, se soltarían por el macizo.

Este cerrado fue una de las medidas que ha permitido mantener la especie en el Port. El impacto del parásito de la sarna a las cabras ibéricas hizo saltar las alarmas en la Comunidad Valenciana a principios de los años 2000. El cerrado cinegético sanitario de la Reserva Nacional de Caza de los Ports se puso en marcha en el 2010 para estudiar la especie, para protegerla y para prevenir el contagio de la enfermedad, si se producía. Se introdujeron siete machos, diez hembra y tres crías.

Cuando la sarna empezó a esparcirse en los Ports, «se intentó hacer un vacío sanitario», con un seguimiento y control minucioso del estado de salud de todos los ejemplares, con abatimientos de los animales con más síntomas y que no podían sobrevivir -para que tuvieran «una muerte digna»-, así como otras medidas como la aplicación puntual de piensos tratados en algunas zonas, unos «sistemas de freno» para que la mortalidad no fuera «tan rápida» y que permitiera ralentizar la expansión del parásito.

Enfermedad endémica

La sarna será a partir de ahora y «durante décadas», una enfermedad «endémica» entre las cabras salvajes de los Ports. No se puede erradicar, pero la especie se adapta, y a través de «la selección natural» crea inmunidad de grupo. El director de la Reserva Nacional de Caza de los Ports ha apuntado que por varias circunstancias, habrá brotes, cada cierto tiempo y de manera periódica. En cambio, la mortalidad que ha provocado la epidemia estos años difícilmente se repetirá. «En situaciones de estrés, por ejemplo por falta de alimento en una situación de sequía, el animal tiene más vulnerabilidad a cualquier enfermedad. Puede ser que la sarna propicie otras enfermedades o viceversa, pero tenemos claro que los animales que han quedado son mucho más fuertes», ha defendido Jovaní.

La bajada de la población no ha afectado a la distribución de la población por todo el macizo de los Ports ni la sarna ha afectado a su hábitat. Se mantienen muchas de las áreas de poblaciones estables y se confía con la recuperación de la especie se vayan extendiendo en lugares donde han desaparecido. La cabra ibérica busca sobre todo las zonas donde encuentran más alimento y más refugio, y «donde les es fácil vivir y sobrevivir». La mortalidad de la cabra salvaje tampoco ha supuesto un impacto en la biodiversidad, sólo una leve afectación a especies como los buitres, porque la cabra montesa no tiene «un gran depredador» en los Ports que se haya visto afectados por la reducción del número de animales.

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