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Medio Ambiente

El IRTA cultiva salicornia y lechugas en tanques con peces

Las plantas se pueden cultivar directamente en el agua enriquecida con excrementos de pez y restos de su pienso

Pla general de las lechugas cultivadas en agua enriquecida con los excrementos de peces y restos de pienso, en el IRTA de Sant Carles de la Ràpita.

El IRTA cultiva salicornia y lechugas en tanques con pecesACN

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El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Sant Carles de la Ràpita (Montsià) ha demostrado que se pueden cultivar plantas, como salicòrnia y lechugas, directamente en el agua. Ha hecho dos experimentos piloto en tanques con peces donde las plantas se alimentan de los excrementos de pez y de los restos de su pienso. Se han recogido 90 kilos de lechugas y 250 kilos de salicornia en sólo 18 metros cuadrados. Es el primer estudio que demuestra que con el sistema de aquaponia se pueden cultivar plantas halófilas, pero se podría aplicar en el ámbito particular con cualquier planta, con muy pocos recursos y poco gasto energético, un modelo de bioeconomía circular.

Los sistemas aquapònics se usan, a pequeña escala, en las piscifactorías y se ha demostrado en muchas regiones del mundo, que combinar la acuicultura y la hidroponia es «sostenible, eficaz y de bajo coste energético». En cambio, su uso comercial todavía es limitado.

Por primera vez, estudios recientes del IRTA de Sant Carles de la Ràpita han permitido cultivar con el aquaponia el espárrago de mar o salicòrnia, una planta tolerante a la salinidad, de alto valor en el mundo culinario por sus propiedades nutritivas funcional. Para hacerlo se ha diseñado un sistema con elMugil cephalus, un pez omnívoro explotado principalmente en el ámbito de pesca y de consumo local en el delta del Ebre, donde está también un indicador de la biodiversidad.

También se han cultivado lechugas. En menos de tres meses, este mes de enero se recogieron 90 kilos de esta verdura, «un éxito» teniendo en cuenta que se hizo con un clima invernal y agua fría. La salicòrnia se probó en una segunda fase y se han cogido 250 kilos en 18 metros cuadrados. La planta crece en la costa, pero en zonas como el delta del Ebro no se puede coger porque está protegida. El aquaponia permitiría cultivarla para el sector culinario, «con una gestión controlada y con condiciones de seguridad alimentaria».

Aunque la planta aprovecha suelos infértiles y con poca agua dulce, también se ha comprobado que con los excrementos de lubina, incrementa su proporción de ácidos grasos totales y no necesita salinidades tan elevadas del agua. El valor nutricional es mucho más alto que el de las salicòrnies silvestres porque crece en condiciones controladas y estables.

El experimento forma parte del proyecto europeo NewTechAqua del programa H2020, de innovación en sistemas de producción acuícola sostenibles. El aquaponia se diferencia de la hidroponia en el hecho de que los nutrientes provienen de lospeces y no les vierten a las personas. Los peces viven en unos tanques de agua salada donde se alimentan de pienso. Sus excrementos y los restos de comer que no aprovechan pasan en otro tanque de sólidos, en el cual se decantan. El agua que sobra de estos tanques pasa por otro filtro biológico, donde hay unas bacterias que transforman el amonio ―tóxico para los peces― en nitritos, y de los nitritos se transforman a nitratos de manera natural.

Los nitratos van a parar al compartimento donde hay las plantas para que los puedan aprovechar para crecer. Las raíces que se encuentran sumergidas en el agua también son un hábitat perfecto por las bacterias nitrificantes y las plantas aprovechan el hierro y el fósforo de los macro y micronutrientes que llevan los restos de excrementos y del pienso sobrante. Cuando el agua ha hecho el recorrido por las plantas, se bombardea de nuevo hacia los tanques de los peces.

Los peces también sacan provecho del ciclo porque las plantas ayudan a retener macro y micronutrientes que les podrían ser tóxicos. Eso supone un ahorro energético, ya que no es necesario añadir una cantidad extra de agua de manera continua para transformar los nutrientes, a diferencia de los sistemas tradicionales de recirculación de agua. El IRTA tiene pendiente estudiar como encontrar el equilibrio de los nutrientes en el agua dependiendo de cada especie, los ciclos de producción según la estación del año y la optimización energética.

El aquaponia existe desde hace aproximadamente 4.000 años en China, y de hace 3.500 años en la Mesopotamia. Se puede utilizar para cultivar cualquier hortaliza e instalar en cualquier lugar, tanto en el ámbito particular como en los huertos urbanos, parcos agrícolas, zonas de recursos limitados y de orografía complicada, y áreas urbanas y periurbanas, «una alternativa en las regiones del mundo donde hay pocos recursos naturales, para reducir la huella de carbono y para promover productos de proximidad».

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