El responsable del sector de los cítricos de la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC), Federico Tarazona, ha explicado que en la zona de Alcanar y Ulldecona los daños serán «muy importantes» y que por ahora «todavía no se ha podido llegar a muchas parcelas por la imposibilidad de entrar por los caminos, incluso en pie.» El hecho de que hubiera antiguos barrancos o diferentes infraestructuras viales hicieron que el agua «circulara por todas partes». De momento pues, desde la FCAC no son capaces de hacer una valoración económica. Con respecto a los árboles, en cambio, la afectación se prevé que sea menor, «a pesar de en alguna parcela concreta el agua se ha llevado algún árbol o plantas», ha concretado Tarazona.
Con respecto al cultivo del arroz, tampoco se prevé que haya pérdidas muy importantes aunque la cosecha de las variedades tempranas está a punto de empezar. Jordi Marcel Matamoros, responsable del sector del arroz de la FCAC, ha comentado que por suerte la lluvia no ha ido acompañada de viento, y eso no ha hecho perder grano. Así pues, tan sólo «quizás habrá alguna bajada de producción» por el hecho de que los campos han quedado negados de agua.
Precisamente esta es la principal preocupación. Como más tiempo estén los campos cubiertos de agua ahora que la cosecha se acerca, más daño sufrirán los arrozales. Desde este jueves las estaciones de bombardeo trabajan a todo trapo para vaciar los campos. La tarea empezó más tarde de lo que deseaban porque la estación más próxima a Sant Carles de la Ràpita se estropeó, y la que hay en Poblenou del Delta no podía funcionar por falta de suministro eléctrico a causa del temporal. Además, con los aguaceros también subió el nivel del mar, hecho que impedía que los desagües de los campos no se pudieran utilizar. Este viernes sin embargo, el mar «ha bajado unos once centímetros» y han podido empezar a evacuar agua por la vía natural. «Poco a poco lo vamos controlando». En este episodio meteorológico, a diferencia del Glòria, no ha entrado agua salada en los arrozales, un hecho positivo para los productores.
Ahora, la preocupación que tienen es la posible propagación del caracol manzana. «Tenemos zonas en las cuales había caracoles en los desagües y nos hemos encontrado con que el agua ha sobrepasado el nivel e inundaban los campos. Puede ser que alguno haya pasado en el arrozal pero hasta que no baje el nivel del agua no lo podremos saber», ha advertido Matamoros. Si todo va bien, de aquí a un par de días ya habrán podido restablecer los niveles.
Pérdida de toneladas de sal
Otro de los sectores afectados por los aguaceros es el de las salinas. Las de la Trinitat han sufrido inundaciones a causa de los 170 l/m2 que cayeron. El gerente de Infosa, Joan Sucarrat, ha apuntado que tenían que empezar la cosecha el lunes, pero las tormentas que hubo el domingo los hicieron retrasar los planes al martes. «El problema fue el miércoles. Tuvimos que parar la cosecha porque se inundaron las balsas de cristalización. Seguimos desaiguant y a las diez de la mañana hemos podido volver a empezar las tareas de recolección», ha concretado. Con todo, todavía no es capaz de cuantificar las pérdidas, pero ha afirmado que serán «grandes», de «bastantes toneladas de sal».