Diari Més

Memoria histórica

La excavación de la fosa de Santa Magdalena de Móra d'Ebre permite recuperar 54 cuerpos

Los trabajos de excavación para encontrar a más individuos se alargarán dos o tres meses

Los arqueólogos trabajando en el desenterramiento de cuerpos en la fosa del Mas de Santa Magdalena de Móra d'Ebre.

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Las excavaciones en la fosa del Mas de Santa Magdalena de Móra d'Ebre han permitido recuperar a 54 individuos. De momento, se ha abierto una cuarta parte del cementerio, 16 de 66 zanjas y zonas de entierro identificadas, y Justicia afianza que será una de las fosas con importantes en número de víctimas recuperadas. Los trabajos continuarán al menos dos o tres meses para encontrar más cuerpos, entre los cuales los arqueólogos destacan que hay muchos hombres jóvenes. Este miércoles, la consellera Ester Capella ha visitado la fosa con el exconseller Raül Romeva, quien ha agradecido la continuidad que el Departamentha dado a los planes de fosas y de identificación genética, impulsados en su etapa de conseller.
Los arqueólogos han recuperado, de momento, a 54 individuos en la fosa del Mas de Santa Magdalena, en la sierra de Cavalls, en las afueras de Móra d'Ebre. Destaca entre los restos encontrados que son cuerpos de hombres muy jóvenes, en algunos casos podrían tener menos de 18 años. Eran soldados del bando republicano que llegaban al hospital quirúrgico, donde se les operaba de urgencia. Algunos no sobrevivían o llegaban sin vida y se los enterraba en zanjas en torno a la masía. De estas zonas de entierro se han abierto 16, una cuarta parte de las 66 que están identificadas. La consellera de Justicia, Ester Capella, ha remarcado que la de Móra d'Ebre puede ser la fosa más importante en número de individuos de las que se han abierto hasta ahora con el Plan de fosas.

Capella ha visitado la zona por tercera vez pero este miércoles lo ha hecho con el exconseller Raül Romeva a quien ha destacado como «el padre» de las actuales políticas de memoria democrática de la Generalitat. «Parece mentira que hasta que no llegó el conseller Romeva al frente de Exteriores nadie se había atrevido a sistematizar la recuperación de los restos ni de la memoria sepultada bajo tierra, en márgenes de cementerios, en campos de cultivos, cunetas y carreretes de todo el país», ha dicho la consellera. «La auténtica política de memoria es la de saber la verdad, hacer justicia, reparar y establecer condiciones de no repetición, y sólo se produce cuando somos capaces de abrir fosas para encontrar personas, identificarlas, entregar los cuerpos a sus familiares y cerrar lutos individuales que son colectivos para empezar a recordar», ha añadido la consellera.

Romeva ha agradecido la continuidad que ha dado el Departamento de Justicia a programas como el Plan de fosas y de identificación genética que puso en marcha en su etapa de conseller. «Es especialmente emotivo poder estar aquí porque significa continuación», ha destacado. El exconseller ha recordado que detrás de estas actuaciones está «el trabajo ingente» de los historiadores «para documentar la la parte de la historia queridamente escondida y silenciada». Haciendo referencia a los 40 años del golpe de Estado del 23-F, Romeva ha denunciado que la recuperación de la memoria democrática no ha fracasado por dejadez del Estado sino que ha sido «un acto explícito para silenciar la realidad y construir una relativa y paralela».

El exconseller ha defendido que abrir fosas era «una deuda histórica y de responsabilidad» con cada una de las víctimas, las víctimas de los dos bandos. «Nos alertaban de que estos programas podrían reabrir heridas y nos acusaban de querer recuperar la memoria de una de las partes, pero queríamos reconstruir la historia en mayúsculas», ha defendido. De aquí, que la primera de las fosas que se abrió fuera la Figuerola d'Orcau, donde se encontraron 17 soldados del bando del alzamiento militar, muertes en el frente del Pallars, pero como ha recordado al exconseller, la mayoría de las 527 fosas que se han documentado en Cataluña, son «de la parte que perdieron la guerra».

La fosa de Santa Magdalena deMóra d'Ebre es la última que se ha abierto, la 34.ª. Las excavaciones seguirán durando los próximos dos o tres meses. De momento, la única pista para intentar identificar a los individuos que se están recuperando es una libreta en que uno de los médicos del hospital, el doctor Miquel Gras Artero, anotó el nombre de una treintena de soldados que murieron durante la estancia en la Masía. La libreta la ha facilitado la asociación No Jubilemla Memória, del Priorat. Con la libreta, se han localizado los familiares de dos soldados, Josep Aubeso y Joan Urgell. Los cruces genéticos tendrán que confirmar si los dos hombres son entre los individuos que se están recuperando en la fosa.

La dirección general de Memoria Democrática está en trámites para adquirir un fondo del fotógrafo Alec Wainman, un brigadista británico que captó imágenes del momento en que se cavaban las zanjas de Santa Magdalena. Las fotos las tiene su hijo, que vive en el Canadá. Aparte del valor histórico y documental, son unas imágenes que podrían permitir descubrir nuevos puntos de entierro. Alec Wainman hizo de conductor de ambulancias durante la Guerra Civil y documentó episodios como el frente de Aragón o la Batalla de l'Ebre.

Romeva ha insistido en que estas actuaciones, que ya han permitido recuperar los restos de casi 400 personas, identificar 9 y recoger más de 2.500 muestras genéticas de familiares, son clave para «combatir la voluntad de una parte de la sociedad a esconder y negar el pasado». «No podemos mirar al futuro con una mirada limpia y sana si no hemos hecho antes arreglo del pasado. Esta es la razón para que estas acciones no se detengan y se multipliquen por todas partes donde sea posible», ha concluido el exconseller.

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