Este incumplimiento de contratos, según las valoraciones del sindicato agrario, ha supuesto pérdidas de más de 7 millones de euros respecto de los ingresos previstos y ha supuesto dejar de recoger unas 40.000 toneladas de mandarinas, que representan 141.700 toneladas de la producción total de cítricos catalana, querida en unas 183.300 toneladas. Los campesinos socios de cooperativas o de organizaciones de productores sí que recogen sus fincas, pero recuerdan que habrá que analizar posteriormente a qué precios liquidarán estas a sus socios.
La problemática que denuncia al sindicato contrasta con el buen inicio de la campaña de cítricos, a en octubre y noviembre pasados, en que el precio de naranjas y mandarinas en el Estado español y en el resto de Unión Europea (UE) evolucionó positivamente respecto del año pasado a causa del aumento de demanda por la Covid-19. Evolución que está previsto que se alargue todavía las próximas semanas.
Además, a diferencia de otras campañas, el otoño pasado se redujeron las importaciones de países de fuera de la UE como Egipto y Sudáfrica, y el aumento de las importaciones en verano fue absorbido por la demanda, de manera que no se ha producido ninguna saturación de mercado que justifique la rotura|ruptura de contratos que denuncia el sindicato.
El sindicato ha anunciado que reclamará al Departamento de Agricultura que a través de CadeCat, y si hacen falta también la Agencia de Información y Control de Alimentos en el ámbito suprautonòmic, lleven a cabo una campaña de control del cumplimiento de los contratos de compra-venta de cítricos, inspeccionando y sancionando posibles infracciones. Además, reclama la importancia que desde todas las instancias se promueva y facilite el consumo de proximidad, de los productos catalanes.