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Agricultura

El Delta del Ebro acelera una campaña de siega del arroz extraordinariamente tardía

La cosecha, acondicionada por el Gloria, las lluvias de primavera y la covid-19, puede caer un 10% respecto el anterior

Una máquina recolectora segando en un campo de arroz de Deltebre.

El Delta del Ebro acelera una campaña de siega del arroz extraordinariamente tardíaACN

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El sector arrocero ha acelerado esta semana las tareas de siega de los campos del Delta del Ebro después de la recolección de las variedades más tempranas. La campaña llega este año condicionada por el considerable retraso en la siembra a raíz de los efectos del temporal Gloria y las lluvias de primavera, pero también por la pandemia de la covid-19. La maquinaria pesada que invade la zona apenas ha recolectado una cuarta parte del cereal cuando, habitualmente, durante estas mismas fechas, está ya a punto de finalizar la siega. Los arroceros calculan que este año, la cosecha bajará un 10% respecto la extraordinaria producción de los dos últimos años, situándose entre las 120.000 y las 130.000 toneladas en todo el Delta. Los precios pueden subir.

El temporal Gloria, a finales de enero, supuso la primera sacudida para las previsiones del sector arrocero del delta. Durante días, cerca de 3.000 hectáreas de arrozales quedaron completamente inundadas por el agua del mar en que los campesinos tuvieron que bombear para, posteriormente, lavar el terreno. Este fenómeno, además, propició que parte de la población de caracol manzana que habitaba los desagües se acabara dispersando en los campos con la llegada del buen tiempo y obligando a efectuar un tratamiento previo con saponina. Las lluvias de primavera acabaron de trastocar los planes iniciales y obligaron a los campesinos a retrasar los preparativos para la siembra del arroz, que tuvo que empezar un mes tarde del habitual.

Si bien el verano, desde el punto de vista climatológico, no ha dido malo para los intereses del sector, el retraso acumulado a la hora de iniciar la siega, que empezó hace poco más de diez días en el caso de las variedades más tempranas, condicionará el balance final. Este año, según explica el presidente de la cooperativa Arrossaires del Delta de l'Ebre, Jordi Casanova, en torno al 20% de la producción del Delta corresponde a la variedad bomba, entre las que maduran antes pero también menos productiva y más vulnerable a los fenómenos climáticos. Los episodios de viento de los últimos días han afectado especialmente el tramo final de su siega, estropeando el 10% pendiente.

Aún así, apuntaCasanova, podría acabar dejando la producción final entre un 10 y un 15% por debajo de la que se registró el año pasado –una campaña extraordinaria que se cerró con 140.000 toneladas- pero dentro de los parámetros de lo que se considera una cosecha «normal» en el Delta del Ebro. La cifra se suele situar entre los 120.000 y 130.000 kilos. Eso, siempre y cuando el tiempo no produzca un nuevo susto durante el mes o mes y medio que puede durar la siega, que este año también se enfrenta a las limitaciones de la pandemia del coronavirus.

La amenaza del coronavirus

En el caso de Arrossaires, principal entidad del hemidelta norte que produce y comercializa en torno a una tercera parte de la producción de todo el Delta, explica su presidente que se han organizado para poder garantizar la entrada del arroz con protocolos de seguridad planificados de acuerdo con el Departamentde Salut: se toma la temperatura a todas las personas que acceden a las instalaciones, se efectúa la descarga sin bajar del vehículo y se ha organizado la plantilla en grupos aislados y separados por áreas con el objetivo de evitar, que, en caso de que se produzca algún positivo, que los trabajadores se tengan que marchar hacia casa y detener el proceso.

Más allá de la necesidad de reorganizar la actividad, la incidencia de la pandemia se dejó sentir sobre la actividad de comercialización de la entidad desde elprimer momento. Las ventas en el conocido como canal 'horeca' –que reúne establecimientos de hostelería y restauración- han caído de forma considerable. Aunque Arrossaires ha podido empezar este descenso con el incremento de la venta por la distribución, Casanova se muestra preocupado por la baja demanda en un sector que considera clave para la distribución de sus productos –con la marca Bayo especialmente dirigida específicamente al canal 'horeca'-.

Diez euros más por tonelada

Pendientes todavía del balance definitivo respecto a la producción, la evolución de los precios esta campaña, prácticamente estables en torno a los 290 euros la tonelada durante casi la última década, podría acabar dando una pequeña alegría a los arroceros. Así, de hecho, lo habría comunicado a productores consultados por ACN la multinacional Ebro-Puleva, principal compradora y responsable de fijar los precios de referencia al Delta del Ebro: la tonelada de arroz se pagará diez euros más cara y llegará a los 300. «Podemos decir que dentro de todo este maremágnum, el arroz se ha comportado bastante bien», ha cerrado Casanova.

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