Diari Més

Ribera d'Ebre y la Terra Alta miran de reojo el rebrote de covid en el Bajo Aragón-Caspe

Los pueblos se organizan para acotar las actividades de disfrute local y adaptar los servicios para controlar los aforos

Imagen del municipio de Batea.

El ACA invierte casi cien mil euros en mejorar la depuradora de BateaViquipèdia

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En Caseres, Batea, la Pobla de Massaluca o Riba Roja de Ebro (Ribera d'Ebre) miran de reojo pero con cierta tranquilidad a la comarca vecina del Bajo Aragón-Caspe, que ha vuelto a la fase 2 del confinamiento por un rebrote de covid, con 47 casos detectados. Confían en que se controle pronto y lo viven con calma porque la movilidad con esta comarca vuelve a estar limitada. En la Terra Alta, donde el turismo rural se ha reactivado con mucha fuerza, se vive la contradicción de celebrar que los sectores económicos puedan centrarse del paro y la preocupación por la llegada de muchos visitantes. Los pueblos se organizan para que las actividades festivas no sean un reclamo y que los servicios municipales, como las piscinas, se puedan mantener con aforos controlados.

En los municipios ebrenses vecinos del Bajo Aragón-Caspe la noticia del retroceso a la fase 2 de confinamiento de esta comarca aragonesa se ha recibido con «cautela» pero desde el convencimiento «que cuando se abriría más la movilidad», la posibilidad de nuevos rebrotes de coronavirus existía. «Las autoridades sanitarias nos lo dicen. En la comarca ni hay brotes ni casos que nos alarmen pero siempre con cautela y vigilando», ha apuntado Manel Palau, alcalde de Caseres. Caseres fue el municipioebrense más afectado por lacovid, con tres contagiados, uno de los cuales murió. «Fue un golpe muy fuerte para el pueblo, somos pocos habitantes y la muerte de una persona en estas circunstancias nos dolió mucho. Estamos muy sensibles con esta cuestión y hay preocupación, más con la llegada de gente de fuera, de ciudades grandes donde ha habido más casos, y sobre todo por los casos asintomáticos», ha apuntado Palau.

La relación de Caseres es más cercana conCalaceite u otros municipios de la comarca delMatarranyapero en cambio en Batea, las relaciones laborales y familiares con pueblos del Bajo Aragón-Caspe, comoMaella, son estrechas. «Esto ya lo hemos vivido desde un principio porque lacovidtuvo mucha afectación en estos municipios del Bajo Aragón-Caspe. Hubo muertos en Maella, Favara, Caspe. Por ahora, la preocupación está controlada e incluso estamos demasiado relajados», ha señalado el alcalde de Batea, JoaquimPaladella.

En estos municipios del Bajo Aragón-Caspe, con una importante afectación de la pandemia, se han anulado fiestas mayores y no se abrirán las piscinas municipales ni otros servicios. «Estos pueblos tienen mucha preocupación y la gente está asustada, más que nosotros. En el pueblo también se nota que hay respeto al virus a pesar de que parece que aquí no tenga que llegar, pero viene gente de Barcelona y de todas partes y creo que ahora es el momento peligroso», ha recordadoPaladella. En otros municipios como Riba-roja d'Ebre y la Pobla de Massaluca la preocupación es mínima porque a pesar de la proximidad conFaió, la movilidad es mínima por las malas conexiones viarias que existen.

Desde el Consell Comarcal de la Terra Alta, con el turismo rural desbordado, los alcaldes han consensuado incentivar servicios y actividades que permitan evitar aglomeraciones y limitar la movilidad entre municipios. Por ejemplo, se apostará por un modelo de fiestas mayores con actas de formato local, donde se garantice el cumplimiento de las medidas de distanciación social y que no supongan un reclamo, sobre todo entre la juventud otras poblaciones. También las piscinas se han abierto en los pueblos para regular el servicio y evitar desplazamientos y aglomeraciones a ríos y pozas naturales.

«En elMatarranyahay pueblos que no tienen claro que abren las piscinas y nos tememos que puedan optar para venir aquí o a los ríos, porque es buen año porque baja más agua», ha apuntado Palau. Para fiestas mayores, cambio de formato: conciertos, espectáculos y oferta cultural para disfrutarlos sentados, pocos días de actividades y actas espaciados en el tiempo. «Tenemos que dar servicios y oferta pero que se puedan disfrutar de forma ordenada», ha apuntado NeusSanromà, presidenta del Consell Comarcal de la Terra Alta. Sin precedentes, los alcaldes son conscientes que la gente saldrá de casa y la movilidad en la comarca será alta este verano y que la tarea complicada que tienen es encajar la oferta y la fórmula para que se cumplan todas las medidas sanitarias.

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