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Medio Ambiente

La reforestación de bosques del incendio de la Ribera d'Ebre reducen el riesgo de erosión

Los operarios construyen fajinas en más de 300 hectáreas y se limpian y reparan 40 kilómetros de caminos

Operarios de las brigadas de limpieza del fuego siguen trabajando en una finca de olivos afectada por el incendio en Vinebre.

Ya se han recuperado un 30% de las fincas quemadas por el fuego de la Ribera d'EbreACN

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Los trabajos de reforestación de los bosques quemados al incendio de la Ribera d'Ebre se están acabando. Priorizando los trabajos en las carenas con más pendiente, se ha reducido el riesgo de erosión en un año que ha sido muy lluvioso. Estas actuaciones también facilitan la regeneración natural de los espacios. Forestal Catalana y dos empresas más han construido fajinas con los pinos cortados en316 hectáreas de bosques particulares. Fue una de las primeras actuaciones anunciadas y presupuestadas por Agricultura después del fuego y acabará en un mes. El Ayuntamiento de Flix sigue buscando a algunos de los propietarios de los bosques para seguir haciendo gestión forestal los próximos años.

El incendio de la Ribera d'Ebre afectó a más de 4.200 hectáreas forestales y buena parte del presupuesto del plan de medidas urgentes que Agricultura presentó aquel mismo verano - con 11,5 millones de euros, que incluía 5 millones de euros para créditos blandos y 3,5 millones para ampliar la red de acequia en la zona afectada por el fuego-, se destinó a trabajos de reforestación. Desde el pasado mes de septiembre, treinta operarios de tres empresas, han talado pions quemados y han construido fajinas o palizadas en las carenas con más de un 50% de pendiente y con más arbolado calcinado.

Son las que tenían más riesgo de erosión, sobre todo en un año que ha sido especialmente lluvioso. «Hemos empleado esfuerzos en los lugares con más pendientes, donde se ha cortado el arbolado de forma controlada y se han construido fajinas que son un sistema que para retener la tierra cuando llueve y permite que el bosque que regenere detrás tenga el potencial que tenía antes de que se quemara», ha explicado Enric Vadell, subdirector general de Bosques del Departamentd'Agricultura. Si la tierra se la lleva el agua hasta el fondo de valle, detrás, en lugar de un bosque, crecen matorrales o bosques poco maduros sin el potencial que tenían. También se han desramado vegetación quemada en zonas de pendientes secundarias en un total de 40 hectáreas.

Vadell ha señalado que durante el incendio, los cuerpos de extinción chocaron con muchos problemas de movilidad en algunas pistas y caminos, porser estrechas o no tener las condiciones óptimas. Los trabajos también han servido para limpiar la vegetación que podía caer a los viales y para mejorar viales estratégicos en unos 40 kilómetros. Se ha mejorado el firme, se han ampliado los radios de giro de las curvas y se han construido rompeaguas. En una cincuentena de kilómetros más se prevé abrir tramos para garantizar la accesibilidad en zonas complicadas de gestionar. Estas actuaciones facilitarán la circulación de vehículos de extinción de incendios.

La totalidad de la superficie donde se ha trabajado es privada e incluso ha habido dificultades para encontrar a algunos de los propietarios. «Un factor limitante ha sido no localizar a algunos propietarios y no poder incorporar sus fincas en los planes de trabajos pero esperamos que se puedan hacer los siguientes años», ha explicado el alcalde de Flix, Francesc Barbero. Para el alcalde el balance es «muy positivo» y ha destacado el compromiso y la inversión hecha por el Departamentpero ha recordado que queda «mucho trabajo por delante» con relación a la gestión forestal en la zona del incendio y a todo el país.

El 75% de la madera derivada de las talas se ha retirado y su aprovechamiento «se ha puesto a disposición de sus propietarios». Eso ha impulsado la creación de dos asociaciones de propietarios forestales en la zona, con el objetivo de comercializar la madera. La Generalitat sólo ha retirado árboles que podían provocar daños a la red vial. «Los esfuerzos y presupuesto se han centrado enhacer trabajos que tengan interés público como era la mejora de los viales, la prevención de la erosión y el control de plagas», ha apuntado Eusebi Casanova, ingeniero forestal de los servicios territoriales de Agricultura en el Ebro. De momento los controles no han detectado ninguna afectación de ninguna especie que pudiera resultar preocupante». Sólo se han detectado insectos perforadores de la madera, cerambícidos y ortotomicus, que son habituales, en las zonas quemadas pero no suponen ningún riesgo para la vegetación viva.

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