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Arqueología

Arqueología del sonido en los abrigos de la Pietat: en busca de la influencia acústica en la localización del arte rupestre

Un equipo interdisciplinario e internacional liderado por investigadores de la UB ensaya en Ulldecona nuevas técnicas para determinar la influencia del paisaje sonoro en los rituales ancestrales

Investigadores del proyecto Artsoundscapes perfilando el dispositivo técnico en la Cueva Oscura de Ulldecona.

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Una gran pelota azul sobre un trípode, con doce altavoces derramados por toda su superficie, preside el imponente escenario de la Cova Fosca, en los abrigos rupestres de la Pietat, en Ulldecona (Montsià). Sentados en los laterales, un grupo de investigadores escucha atentamente el silbido que emana repetitivamente de cada uno de los altavoces. Gracias a un micrófono especial y un programa informático son capaces de representar visualmente el origen y el rebote del sonido. Se trata del proyecto Artsoundscapes, impulsado por el European Research Conuncil y liderado por científicos de la UB. Con la experimentación de estas técnicas innovadoras quieren determinar la influencia que el paisaje sonoro y el entorno acústico ejercía en sus rituales así como en la plasmación de las pinturas en estos abrigos. Una investigación que quieren extender a todas las muestras de arte levantino de Cataluña.

«Miramos el arte rupestre con nuevos ojos, buscando cómo podía haber influido en la localización del arte rupestre desde un punto de vista diferente de lo que se ha seguido. Los historiadores del arte han buscado los lugares y han documentado donde estaban. Nosotros nos preguntamos el por qué y si el sonido tuvo que ver en estas localizaciones, si decidieron pintar por la acústica especial del paisaje,» subraya Margarita Díaz Andreu, profesora de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA-UB) e investigadora principal del proyecto Artsoundscapes.

Se trata pues, de la búsqueda de la «razón ritual» por la cual pintaban y donde situaban estas representaciones. Y, en este contexto, el significado y la influencia de la «sonoridad especial» en algunos lugares concretos, de factor «inmateriales» que a menudo no han sido tenidos en cuenta a la hora de explicar esta localización. Los abrigos de la ermita de la Pietat son, precisamente, un espacio con una «acústica privilegiada» y contrastada desde hace miles de años: hasta el punto que se sigue manifestando en los tiempos actuales como escenario de jornadas musicales y conciertos. «Ha sido un lugar especial durante milenios», constata. «Hay momentos que ciertas cosas se pierden pero si el lugar tiene una sonoridad especial y se percibe puede venir gente nueva y dar un nuevo significado, como estos conciertos: no son de música religiosa mayoritariamente, pero esta sonoridad y sentimiento de comunidad sigue existiendo, detalla.

El equipo ya había visitado la zona anteriormente y había constatado este inmenso potencial acústico después de estudiarla. «Ni en otros sitios de Cataluña ni del mundo donde investigamos es tan evidente», observación. Saben que se trata de una zona concreta, donde se concentran la mayoría de abrigos, los situados más arriba de la ermita, la que presenta una mejor acústica. Y está, precisamente, en este espacio donde se sitúa la mayor concentración de pinturas rupestres. Ahora, sin embargo, han vuelto para experimentar y afinar la nueva metodología, más adelantada, incorporando nuevos dispositivos que han diseñado y construido ellos mismos para poder captar nuevas y más precisos datos. «Esperamos repetir lo que hicimos con la nueva técnica y amplificar los resultados a otras conclusiones», afianza a la investigadora.

En marcha desde el pasado mes de octubre y con una duración prevista de cinco años, el proyecto Artsoundscape justo acaba de iniciar los trabajos de campo. Díaz Andreu lidera, al lado del neuropsicólogo y catedrático de la UB, Carles Escera, y el catedrático de ingeniería acústica de la Universidad de Parma (Italia), Antonio Farina, un equipo internacional e interdisciplinar, con investigadores en materias científicas que van desde la arqueología, la ingeniería acústica, especialistas en psicoacústica y neuroacústica, neuromusicólogos y antropólogos. Han viajado a diferentes lugares del mundo para estudiar este fenómeno: recientemente, estuvieron en la Cueva Pintada – a la Baja California, Méjico- y, este verano, prevén trasladarse a Siberia y, posteriormente, a Namibia.

Ahora disponen de dispositivos mucho más adelantados y autónomos que han puesto en práctica en Ulldecona, gracias también a la buena accesibilidad que ofrece el espacio. La base de todo es la pelota con doce altavoces que permite tirar el sonido en todas las direcciones posibles y que ha sido construida por los ingenieros sonoros italianos. Situada en un punto central de la Cova Fosca, técnicamente denominada Abric d'Ermites IV, donde se conservan restos de pinturas y sustratos materiales, cada altavoz emite durante unos diez segundos uno señal que cubre todas las frecuencias del espectro audible. Un micrófono especial permite captar los sonidos. El mismo procedimiento lo han puesto en práctica en el Abric I, el más conocido del conjunto de diez que concentra la zona.

Estudios psicoacústicos

«La idea se poder construir en el futuro como sonaría una flauta en este espacio o alguien cantante o haciendo un ruido. Con esta señal lo podemos reconstruir todo: no necesitemos a nadie con una flauta aquí, lo podemos hacer posteriormente», revela. Gracias a una fotografía previa de 360 grados y un programa informático, pueden «reconstruir» el sonido en este espacio en 3D. En la pantalla del ordenador, manchas de diferentes color se superponen en la imagen de la cavidad, mostrando gráficamente dónde se emite y dónde rebota el sonido. La investigación, sin embargo, no se limita a corroborar la relación entre acústica y representaciones rituales, sino que quiere ir más allá y tener una translación práctica. «Hay una fase que es la de la psicoacústica: experimentaremos con gente, con gafas y sonidos, para ver las sensaciones. Toda esta experimentación se podría plasmar en museos», sostiene Díaz Andreu

Las características especiales de los abrigos de la Pietat próximos a la Ermita, con representaciones pictóricas situadas entre el postpaleolítico y el neolítico de una antigüedad mínima de 4.000 años, no las han encontrado en todos los sitios que han estudiado. Los investigadores han constatado riqueza sonora, con ecos y reverberaciones, en espacios que concentran muchas figuras representadas, como el barranco de la Valltorta –en Tírig, Alt Maestrat-, uno de los primeros que estudiaron. Matizan, sin embargo, que el paisaje condiciona también el carácter «especial» que emiten estos sitios. A la Baja California, por ejemplo la Cueva Pintada, con grandes figuras, genera un gran efecto pero los ecos no funcionaban. «No tenemos fórmulas que funcionan en todos los lugares porque cada sociedad es diferente y entiende el paisaje de forma diferente», admite. Las costumbres y rituales diferentes así lo testimoniarían.

Estudio del arte levantino catalán

Según precisa Díaz Andreu, sin embargo, esta influencia entre paisaje acústico y representaciones rituales se extendería de forma generalizada a todo el arte levantino existente a Cataluña. Una relación, reitera, que ha sido evidenciada por diferentes investigaciones anteriores. Ahora, y gracias a la disponibilidad de esta nueva metodología e instrumentos, han pedido permiso a la Generalitat para poder estudiar todos los yacimientos prehistóricos de este periodo para corroborar de forma más precisa esta tesis.

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