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Tortosa se desentiende del monumento franquista y lo deja en manos del Parlament

El futuro del monolito se podría resolver con la nueva Ley de memoria Histórica

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El mandato que ahora acaba en Tortosa viene marcado por un cambio histórico en la alcaldía, que encabeza por primera vez a la historia de la ciudad una mujer, pero también por la polémica consulta que se hizo la primavera del 2016 sobre el futuro del monumento franquista del Ebro, el monolito de la dictadura mayor de Cataluña que se conserva en un espacio público. Un 68% de los tortosinos y tortosinas que votaron decidieron dejarlo donde está, en medio del río, pero lo reinterpretaron. En cambio, el monumento parece que no tiene dueño. Los candidatos a la alcaldía dejan su futuro en manos de la nueva ley de memoria Histórica que ha anunciado el Parlament pero avisan de que, si se tiene que sacar del Ebro, el coste no tiene que ir a cargo del Ayuntamiento, que no es propietario.

Para los ciudadanos de Tortosa, el monumento franquista del Ebre no estaría entre sus principales quebraderos de cabeza. De hecho, en la consulta que se hizo en mayo del 2016 la participación sólo se acercó al 30%. «Para la gente de Tortosa no es el problema principal. A la prensa y a los medios les interesa mucho pero no es lo que preocupa a la ciudadanía, que lo ve allí y lo tiene asumido», defiende al cabeza de lista del PSC, Enric Roig. También el alcaldable de ERC, Xavier Faura, reconoce que «a la mayor parte de los tortosinos no les preocupa excesivamente» y aseñala que se le tiene «más o menos tolerancia» dependiendo de cómo vivió el franquismo cada generación. «Los menores de 50 años lo ven como un monumento en medio del río y no lo asocian a Franco. En cambio, el visitante se pregunta qué hace aquí», argumenta el alcaldable republicano.

Desde el PP de Tortosa, el nuevo cabeza de lista, Tonyo Vallés, se suma al argumento que en la capital ebrense el monolito franquista no es un motivo «de discusión», pero se muestra dispuesto a adaptarse si la ciudadanía, «más adelante, pide algún otro tipo de actuación». «Se tendría que estudiar», admite Vallés. El alcaldable popular defiende «la buena intención de los que lo colocaron» pero reconoce que «la interpretación que cada uno hace de un símbolo puede molestar» a pesar de señalar que «estructuralmente no molesta».

«Hace falta respetar todas las sensibilidades y aplicar estrictamente lo que diga la ley. Si tiene que ir fuera, tiene que ir fuera», afirma Faura. Este mismo criterio es el que también defiende la actual alcaldesa y candidata de Junts per Tortosa, Meritxell Roigé. «El Govern ha anunciado una nueva ley que preverá retirar el monumento. No lo sabemos con certeza pero permitiría saber qué se tiene que hacer», argumenta. «Cumpliremos lo que las leyes del Parlament de Catalunya determinen pero siempre teniendo en cuenta que no es nuestro y que los recursos los tendrá que aportar quien sea y lo tendrá que retirar a quien sea», añade Roigé. «Por más que tengamos intención de hacer una cosa u otra desde el municipalismo, acabará pasando lo que diga la ley», añade Faura. También desde el PP, Vallés recuerda que el monumento no es propiedad de Tortosa y señala que «es de todos los españoles». «Quizás también tendrían alguna cosa que decir», defiende el alcaldable popular.

Desde Movem Tortosa, el cabeza de lista, Jordi Jordan, también se ampara en la nueva ley de memoria Histórica y pide que sean las administraciones superiores las que acaben asumiendo el coste de lo que se tenga que hacer. «Se impuso desde el régimen franquista y ahora la Generalitat y el gobierno del Estado tienen que decir la suya», sostiene Jordan. «Es una competencia de la Generalitat -y confía en que se contemple explícitamente qué hacer a la nueva ley- pero desde Movem Tortosa consideramos que tenemos que ser un referente en memoria histórica y aprovechar el monumento para hacerlo posible», dice el candidato de Movem.

La oposición no ahorra críticas a la inacción del gobierno municipal desde que se celebró la consulta. «No han hecho absolutamente nada», sentencia Jordan. «Ha habido un gobierno que no han hecho los deberes. No ha cumplido ni el mandato popular ni la ley de memoria histórica», añade Roig. El candidato socialista también considera que la ciudad tiene que ser abanderada en memoria histórica y capitanear el memorial de la Guerra Civil. El PSC propone destinar una nave del Museu de Tortosa a recordar la represión franquista en la ciudad.

«No todo el trabajo está hecho con la retirada del monumento fascista. Hay 27 símbolos más claramente franquistas en la ciudad y otros que» hemos «detectado», apunta al cabeza de lista de la CUP, Xavier Rodríguez. «Al fascismo ni se lo puede consultar ni reinterpretar y se tiene que echar del espacio público. Pedimos la rectificación a los partidos independentistas o que se dicen de izquierdas que avalaron la consulta de la vergüenza, que ha dado que el monumento todavía esté en medio del río. La prueba de su error es que no se ha cumplido ni el resultado de la consulta», cierra el candidato cupaire.

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