Las cooperativas ebrenses reclaman frenar el comercio de productos del campo robados

Las cooperativas agrarias del Baix Ebre y el Montsià que forman parte de Acobem han reclamado a la Generalitat que establezca de forma efectiva un sistema de trazabilidad que permita frenar el robo de productos del campo. Representantes de la entidad se han reunido por segunda vez este año con representantes del Departamento de Agricultura e Interior para mostrarles su preocupación ante la posible ola de robos de fruto que, habitualmente, se inicia esta época del año con la cosecha de algarrobas. El encuentro sirvió para valorar la efectividad de las medidas acordadas a principios de año para evitar los robos y apuntar inmediatas a partir de este mes de septiembre. Los campesinos, sin embargo, creen que el actual control de los almacenes que compran productos del campo sin poder justificar el origen es insuficiente.

Con una cosecha de algarrobas que en las Terres de l'Ebre puede situarse entre los 8 y 10 millones de kilos, triplicando prácticamente la del año pasado, y con precios de 0,40 euros el kilo, que prácticamente duplican el de la última campaña, las cooperativas aseguran que los robos en el campo vuelven a pespuntear. El presidente de Acobem y de la Cooperativa Soldebre, Manel Lleixà, asegura que las quejas y las denuncias de los campesinos son más frecuentes que la campaña anterior. «I eso puede continuar con las almendras y las olivas», alerta.

En este contexto, la reunión con los dos departamentos de la Generalitat tenía como objetivo poner el acento en las medidas que, preventivamente, pueden reducir de forma notoria los robos al campo. La propuesta de las cooperativas, así, pasa por establecer un sistema que garantice plenamente trazabilidad para todos los productos agrarios, similar al sistema que se ha establecido en la Comunidad Valenciana. «El problema que tenemos es que no se puede llegar al final. Todos nos quejamos y los cuerpos de seguridad y el Departamento hacen el que pueden. Pero falta un empuje para crear un decreto para que todos los productos que se produzcan en el campo, como realmente cumplimos la trazabilidad, se pueda hacer un seguimiento desde que entra en el almacén hasta que llega al consumidor. Con la fruta y el aceite ya se hace. Sí que se puede maquillar un poco. Pero al final el campesino se siente indefenso y los ladrones no cambiarán las formas de actuar. Si no hay almacenes que compren para no poder garantizar la trazabilidad, no se robarían productos», argumenta el presidente de Acobem.

Otra de las medidas planteadas y que se aplica al País Valencia, apunta, pasaría para que los campesinos dispusieran de un libro donde anotaran los movimientos de fruto y los permitiera acreditar, cuando hicieran el transporte, que son los propietarios y tienen autorizado su transporte. «Robar, se seguirá robando. Pero así impediríamos que siguiera el goteo», insiste Lleixà. De momento, aseguran a las cooperativas, los mossos y agentes rurales se han comprometido a efectuar controles aleatorios en los lugares de recepción de estos productos para asegurar que todo lo que llega tiene un certificado que justifica la procedencia. También se ha establecido el compromiso de seguir manteniendo el contacto con los cuerpos de seguridad para seguir el desarrollo de la campaña y valorar medidas adicionales.

Por su parte, las cooperativas asumen que los cuerpos y fuerzas de seguridad «hacen el que pueden con los efectivos que tienen» y admteten que muchos campesinos, especialmente los de edad adelantada, son poco proclives a presentar denuncias en caso de robos: se sienten «cohibidos» o confían poco en su resolución. Eso hace que robos de pocos centenares de kilos pasan a menudo por desapercibidos. Este sentido, Lleixà ha reiterado que las entidades seguirán «motivando» y ayudando a los campesinos a recoger las denuncias para así poder aligerar los trámites ante los cuerpos policiales para que puedan mejorar la información y evitar estos casos.