Diari Més

Las lecciones de los Alfaques, 40 años después

Cuarenta años después de la «tragedia de los Alfaques», el territorio sigue conviviendo con una carretera nacional «de segunda», estropeada y con un grupo de víctimas

La pared del Camping Alfaques, donde 215 estrellass recuerdan a las víctimas de la tragedia del camión de propileno accidentado.

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La muerte de 215 personas por el accidente de un camión cisterna cargado de gas propileno en la N-340, en el término municipal de Alcanar (Montsià), provocó un cambio inmediato de la normativa del transporte de materias peligrosas por carretera y consiguió, pocos meses más tarde, una variante para Sant Carles de la Ràpita por la que «la nacional» dejara de cruzar el municipio. 215 muertos y un centenar de heridos fueron la factura social. La 340, en cambio, sigue sumando víctimas. En concreto, 92 desde 2010. A cambio, cero mejoras al respeto y pendientes del fin de las concesiones en la AP-7. La «tragedia de los Alfaques», en cambio, no ha querido ser sólo un accidente de tráfico para certificar que las fatalidades propulsan cambios. El camping que se engulló el fuego a 2 kilómetros al sur de Sant Carles de la Ràpita, sigue dignamente de pie, 40 años más tarde. De hecho, no lo ha dejado de estar nunca, de pie, ni ha cargado la tragedia como «una losa».

El Camping Alfaques revistió su trocito de paraíso deltaico con 215 estrellas, situadas en una pared del establecimiento para honrar y recordar, y es de aquellas estrellas que cuelgan las lecciones aprendidas el 11 de julio de 1978: la solidaridad durante y después, la inteligencia colectiva para entender, el respeto a todas las víctimas, la superación personal y general que tocó asumir, y la perseverancia para seguir adelante con un ojo puesto, sólo cuando toca, en el retrovisor.

El Camping Alfaques estará para siempre vinculado a uno de los accidentes de más impacto de la historia del territorio y del país. Eso, se lo hacen suyo. En cambio, las redes y la vida digital se han encargado de que este vínculo sobrepase ciertos límites morales, deontológicos y éticos, enlazando y enfangando el negocio familiar con las imágenes más crudas de aquel «infierno» de julio del 78. «No queremos olvidar, ni pasar página», ha apuntado Mario Gianni, actual gerente del camping, hijo y sobrino de sus primeros propietarios.

Con una demanda a Google Spain por el derecho al olvido, intentaron que el buscador dejara de vincular su negocio con imágenes obscenas y duras, que fácilmente poder hacer «echar atrás» a la clientela a la hora de escogerlos como destino vacacional. La demanda, presentada en el juzgado de Amposta, se desestimó. El juez instructor los instó a demandar al gigante Google directamente en los Estados Unidos. Lo descartaron por la distancia y por la limitación de los periodos establecidos para poder demandar empresas tecnológicas.

«Nos supo mal que no se entrara en el fondo de la materia porque el tiempo ha demostrado que estas grandes empresas sí tienen mano sobre qué enseñan y qué no sus buscadores. Sólo pedíamos que se clasificara adecuadamente la información», ha defendido Gianni. Pero más allá de los interrogantes todavía no resueltos, 40 años después, sobre como los medios de comunicación tienen que tratar las imágenes con víctimas como las que llenan la hemeroteca de la «tragedia de los Alfaques», los responsables del camping confían en que su pequeña lucha haya servido, como mínimo, para reservar para los fondos de los archivos las «más escabrosas».

De estos 40 años, al final, como apunta Gianni, su memoria ha querido guardar las imágenes de los «campistas solidarios» que los ayudaron a empezar de nuevo, sobre todo los que volvieron sin pensárselo y también todos aquellos que se alojaron por primera vez en los Alfaques justo después del accidente. Mario Gianni enseguida denomina con afecto un ingeniero de Lufhtansa que siguió veraneando mucho años. «Afortunadamente, la inteligencia colectiva existe desde hace mucho tiempo», ha remarcado el propietario del Camping Alfaques. «Nos podemos dar por satisfechos que siempre hemos tenido un gran apoyo. Aquí es un lugar de vacaciones y nunca ha sido algo que nos penalice. Vienen y escogen un lugar para disfrutar del mar y de la bahía sin masificaciones, poca cosa más», ha añadido. Como hicieron sus padres y sus tíos, Gianni también está convencido de que tiene que mirar hacia el futuro con «cuidado» y con «optimismo moderado». «Tenemos que ver hacia donde van las tendencias, qué buscan los clientes y todo eso con nuestros trabajadores, que han sido el gran puntal de la actividad», ha agradecido.

Las conmemoraciones y los paralelismos

Este miércoles por la noche, el movimiento vecinal por una AP-7 gratuita, que lucha desde 2015 por acabar con la siniestralidad en la N-340, celebrará su corte de carretera número 200 en el punto exacto donde aquel camión con sobrecarga de propileno, 25 toneladas, explotó. Aquel «tifón» que sirvió para tomar medidas concretas, como también ha remarcado el alcalde de Alcanar, Alfons Montserrat, se ha convertido durante 4 décadas en una «gota malaya». «Es una carretera con mucho tráfico y muchos accidentes. Hay uno, otro, después no pasa nada y al cabo de un tiempo, volvemos. El peligro lo sufrimos todos, no sólo los que vivimos aquí. Aquello pasó muy rápido y con cosas así se toman medidas, pero cuando pasan a cámara lenta no se hacen acciones decididas, aunque la gente que se ha llevado por delante también es una cifra de dos o tres dígitos», ha apuntado Gianni.

Un agradecimiento a tanto esfuerzo

Justamente, en un comunicado de prensa este miércoles, los Ayuntamientos de Alcanar y La Ràpita han vuelto a agradecer a los servicios de emergencias, médicos y forenses «las ingentes tareas efectuadas» después del accidente de los Alfaques, así como el apoyo y la ayuda de supervivientes y de los vecinos de Alcanar, La Ràpita, Amposta, Tortosa y Vinaròs, que se volcaron en los trabajos de rescate y de acogimiento a las familias de las víctimas, y también «el esfuerzo, la vitalidad, la fuerza, la tenacidad y el empuje de la familia Gianni-Masià que sostuvo el Camping».

Los dos consistorios lamentan tener que conmemorar una tragedia «que se habría podido evitar si las reclamaciones de la ciudadanía hubieran sido escuchadas y el estado español hubiera desviado la N-340 del interior de los municipios con anterioridad». «Desgraciadamente, este 11 de julio de 2018, la N-340 continúa con problemas, tanto de mantenimiento de la vía, como de saturación por el elevado volumen de tráfico», recuerdan. Los dos consistorios reclaman al gobierno español que implemente de una vez por todas soluciones al problema viario de la N-340 en el tramo de las Tierras del Ebro, «que perjudica gravemente la ciudadanía sancarlense, canareva y ebrense».

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