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Limpieza

Las redes de retención de Tarragona evitan que 10 toneladas de residuos acaben en el mar

Los cinco sistemas instalados por Ematsa captan la basura arrastrada por el alcantarillado en episodios de lluvia intensa

Cadascuna de les malles pot retenir més de cent quilogràms.

Las redes de retención de Tarragona evitan que 10 toneladas de residuos acaben en el marCedida

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Las redes de retención de residuos han evitado que diez toneladas de residuos acaben en el medio natural. Estos sistemas, que la Empresa Municipal Mixta de Aguas de Tarragona (Ematsa) empezó a instalar en septiembre de 2020, permiten retener los desperdicios que arrastra el alcantarillado de la ciudad en episodios de fuertes aguaceros, que a menudo provocan su colapso en determinados puntos. Actualmente, Tarragona cuenta con cinco redes de retención después de que Ematsa instalara el último recientemente. El nuevo sistema se encuentra en el rebosadero del colector de la red de alcantarillado de Santa Isabel ySant Salvador, que tiene su salida en el mismo río Francolí. Los otros cuatro se encuentran en diferentes puntos del litoral y del río: dos en la playa del Miracle, uno en l'Arrabassada y uno en el tramo urbano del Francolí, a la altura del parque que lleva su nombre.

El sistema en sí consta de un soporte fijo de acero inoxidable donde están sujetas tres mallas que capturan los residuos flotantes, cada una de las cuales puede aguantar hasta más de 100 kilogramos de peso. La estimación de Ematsa de las nuevas redes instaladas es que puedan recoger hasta un total de tres toneladas de desperdicios al año

Hasta ahora, las redes en funcionamiento han recogido más de 10 toneladas de residuos. «Estos elementos han evitado que se viertan en el medio natural una gran cantidad de residuos», expresa el presidente de Ematsa y consejero de Limpieza Pública en el Ayuntamiento de Tarragona, Jordi Fortuny. Sin embargo, Fortuny apunta que «la mejor solución sería que estos residuos no se encontraran en la red de alcantarillado». En este sentido, añade que «hace falta que toda la ciudadanía seamos responsables de tirar los residuos allí donde toca».

Ematsa gestiona cada año cerca de 160 toneladas de basura impropia del sistema de depuración, como aceites, mascarillas, toallitas y otros desperdicios que se vierten de manera indebida por los sumideros, desagües e inodoros de la ciudad. Esta cantidad supone unos 200.000 euros de gasto municipal con el fin de cribarlos y valorarlos, así como en la reparación y mantenimiento de la maquinaria que se estropea por las obstrucciones que provocan, especialmente las toallitas.

Plan de lluvia intensa

Al mismo tiempo, en el futuro contrato de la limpieza, que entrará en vigor en abril del próximo año, se define el plan de lluvia intensa, que distribuye las tareas de cada equipo del servicio de basura para responder a los aguaceros correctamente y centrarse la atención a la limpieza de sumideros, grandes pendientes, puentes, accesos a las playas y otros puntos determinantes.

La ciudad cuenta con diferentes tramos con arrastres del suelo habituales después de fuertes aguaceros, según detalla la documentación del mismo contrato de la limpieza. Algunas de estas décimas zonas la avenida de Boscos, la Rambla de Francesc Macià o el Camí Vellde Salou, entre muchas otras.

La empresa adjudicataria tendrá que prestar especial atención a la zona de la Part Baixa, el Serrallo y el paseo de la playa de l'Arrabassada. En el caso de la PartBaixa, después de finalizar el temporal, tendrá que retirar los residuos que hayan salido del alcantarillado y estén en la vía pública.

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