Los peatones podrían ser los protagonistas de la Rambla Vella, en detrimento del coche, de aquí a diez años.
Gerard MartíActualizada 20/11/2022 a las 20:46
«Generar mucho más espacio de peatones en la Rambla Vella simbolizará la transformación de Tarragona». El consejero de Territorio y Movilidad, Xavier Puig, define la pacificación de la vía como la culminación de una serie de proyectos encaminados a consolidar la movilidad sostenible. En este sentido, la transformación de la Rambla Vella, que también podría darse en la Via de l'Imperi Romà y al tramo alto de la avenida Catalunya, es una iniciativa para ejecutar en unos diez años, después de que se cumplan las dos condiciones que expone el mismo Puig para poder hacerla realidad: el cambio de hábitos de la población para moverse por la ciudad y la ejecución del Plan de Mejora Urbana 14 (PMU-14), el cual ofrecerá una alternativa al elevado volumen de tránsito rodado que hoy día acumula la Rambla Vella.
El PMU-14 supondrá la urbanización de los terrenos ubicados entre la A-7 y el colegio Sant Pau y la generación de 334 viviendas, así como la conexión vial entre el entorno del Vall de l'Arrabassada y Músics y el entorno de la avenida Catalunya. Además, comportará la creación de un carril bici y de un aparcamiento disuasivo. De esta manera, se generará otra vía de entrada en el centro de la ciudad desde Llevant. «Esta posibilidad facilitará una alternativa a tener que cruzar Tarragona por el centro a través de la N-340, que históricamente ha atravesado la ciudad», asegura Puig. «Se trata de generar buenas circunvalaciones para minimizar el tráfico y su impacto», añade.
Aparte de la ejecución de este sector de crecimiento, el consejero de Territorio y Movilidad señala como segundo condicionante el crecimiento del uso del transporte sostenible: «En los próximos diez años, por descontado que la gente se moverá mucho más en bicicleta, a pie o en autobús. El vehículo privado se tiene que utilizar de manera más responsable». Para llegar a este punto, Puig considera necesario potenciar el transporte público. «Desde la Empresa Municipal de Transportes (EMT) ya lo están haciendo mejorando frecuencias, ajustando líneas y horarios y aportando nueva tecnología, como la que permite apostar por los autobuses de hidrógeno», detalla Puig, quien también menciona el tranvía como elemento clave para desplazarse por el territorio en el futuro, aunque, al mismo tiempo, no lo considera necesario para la pacificación de la Rambla Vella.
Carriles bici y aparcamientos
El Ayuntamiento, que plantea llevar a cabo bastantes ampliaciones de aceras próximamente y ya ha acabado y proyectado otras pacificaciones de calles, como las de Canyelles, Orosi o López Peláez y Josepa Massanés, quiere estimular el cambio de hábitos en la movilidad a partir de diferentes infraestructuras o estrategias. Por una parte, pretende tener en los próximos dos años una red de carriles bici conectados entre sí a partir de la creación de los tramos restantes de la franja litoral o con la circunvalación del centro de la ciudad (que iría desde avenida Cataluña hasta el Serrallo pasando por las avenidas de la República Argentina y de Vidal i Barraquer), entre otros. Y, próximamente, la Via Augusta también podría contar con un carril bici. «Me atrevo a decir que este carril bici no tendría que esperar tanto de tiempo como el proyecto de la Rambla Vella, ya que se podría hacer de manera sencilla precisamente para fomentar el cambio de hábitos», relata al consejero de Territorio y Movilidad.
Con respecto a los aparcamientos, la estrategia del consistorio es generar plazas de parking en los límites del centro con el fin de liberar el centro de vehículos. «Ofrecemos parkings a bajo coste con muchas plazas para que sea fácil aparcar y nadie tenga que recorrer muchos kilómetros hasta encontrar sitio», comenta Puig.
Calles para los peatones
Desde La Bodegueta del Pagès, Marta Muñiz considera que esta transformación de la Rambla Vella les podría dar más tranquilidad: «Siempre pasan coches por al lado de la terraza. De esta manera tendríamos más espacio y los peatones podrían transitar mejor». A su vez, Marc Colilla, quien trabaja en la calle de Comte de Rius, considera positiva la propuesta. «Es una vía bastante caótica. Además, ahora los peatones tienen que esperar mucho para cruzar al otro lado», expone Colilla.
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