Tarragona celebra la reapertura de La Capona, que quiere ser «un polo cultural y dinamizador»

El característico olor de libro nuevo se mezcló con la del cava y las pastas ayer por la noche en La Capona. Decenas de tarraconenses se dieron cita ayer en esta librería tan emblemática en la ciudad para celebrar su reapertura después de que hace pocos meses los antiguos propietarios la tuvieron que cerrar. La tristeza de aquel momento, se ha convertido en alegría y optimismo por el nuevo futuro de La Capona.

«La Cooperativa Combinats decidió tomar el relevo, pero necesitaban a una persona del mundo de los libros que quisiera coger el timón del barco», explicó Oriol Picas, que hace quince años que trabaja como librero y ahora ha asumido el cargo de director de La Capona. La cooperativa coge las riendas de la librería con la intención de ir «dos pasos más allá» y no ser una simple tienda.

«Nuestra idea es que siga siendo una librería, pero, aparte, queremos hacer muchos actos. No sólo presentaciones de libros, sino también talleres para niños y charlas», comentó Picas. De hecho, confiesa que ya han acordado con el Mercat Central de Tarragona organizar una cata de cervezas en la tienda, a finales de mes. En definitiva, los nuevos propietarios quieren que La Capona se convierta en «un polo cultural y dinamizador de la ciudad».

El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, que tampoco se perdió esta cita, reconoció que «era un día esperado». «Cuando cerró la librería fue un momento doloroso, pero afortunadamente hay un relevo muy esperanzador», reconoció. Ricomà confesó que espera que La Capona «vuelva a tener la vitalidad que tenía y todavía más, porque conociendo a los propietarios seguro que traen ideas nuevas».

El alcalde, que ya era socio de la antigua La Capona, no ha dudado en hacerse socio de la cooperativa, así más de 150 personas que han pagado ya su cuota. «Buscábamos el apoyo de los tarraconenses y la gente ha respondido con sus aportaciones económicas», indicó agradecido Picas. Los asistentes hicieron un brindis para desear un buen futuro a La Capona, que todavía tiene algunas estanterías vacías, pero que en pocas semanas «volverán a estar a rebosar de libros».