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«He escrito una historia de amor 100% radical»

La novela 'Amor' (Angle Editorial) es la ganadora del 32.º Premi Ciutat de Tarragona de novela Pin i Soler

Manel Castromil va presentar la seva novel·la dimecres a  Tarragona.

«He escrito una historia de amor 100% radical»Gerard Martí

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Manel Castromil Pérez (El Figaró, 1971), describe un día en la vida de una pareja que, con la jubilación cerca, está pasando las vacaciones de verano en una casa familiar. —¿Su novela es una historia de amor?

—He escrito una historia de amor 100% radical. Y también interpretable, porque hay tantas formas de amar como personas. No hay una única que sea válida, todas lo son, siempre que esta estima no comporte un perjuicio hacia el otro. El título de la novela es tanexplícito como ambiguo, porque hay lectores que consideran que lo que hace el protagonista no es un acto de amor, y otros que es un acto de amor radical. Y es lo que quería.

—-Por lo tanto, buscaba provocar una reflexión.

—Sí, y quería que fuera la más profunda posible. La cuestión es qué significa amar, y también si somos merecedores del amor que recibimos un día, porque éramos de una manera concreta. Cuando ya no somos la misma persona, porque hemos envejecido, ¿somos merecedores del amor que todavía recibimos?

—Al lado del amor, también es protagonista el tiempo. ¿Es una cuestión que lepreocupa?

—Sólo somos tiempo. El tiempo no pasa, pasamos nosotros a través del tiempo. Me pregunto de qué manera lo llenamos y lo hacemos nuestro, como nos desarrollamos dentro de la temporalidad y dentro del tiempo. Porque son dos cosas diferentes: la temporalidad es el tiempo que pasa, y el tiempo es el que nos hace ser quien somos. Esta cuestión me interesa para ver cómo, con los años, vamos cambiando. Cómo dejamos de ser aquello que fuimos para ser otra cosa.

—Ha explicado que esta es una novela de suspense psicológico.

—No me gusta etiquetar, porque las etiquetas son fronteras, y detesto las fronteras. Pero si lo tuviera que hacer, es cierto que diría que es una novela de suspense psicológico, porque el suspense que hay no es fáctico, se sabe lo que pasa y se intuye: es un suspense más bien mental.

—Entre otras cuestiones, el jurado del Pin iSoler valoró «La calidad literaria y el reto formal, y también la originalidad de la voz narrativa». Es una novela llena de recursos estilísticos y literarios, empezando por la disposición del texto en página, pero también por la ausencia de acotaciones de diálogo o las frases cortas. ¿Todo fue una idea de partida?

—Yo no acoto nunca los diálogos en mis obras. No soporto las acotaciones. En este caso, además, como es un monólogo interior, el diálogo tiene que ser así. En cuanto a la forma, es muy curioso, porque yo no escribo así, pero la voz del protagonista me ha llevado: frase corta y trabajada, pero justito, porque el protagonista es un hombre que está perdiendo las facultades, y hacer grandes oratorias no hubiera quedado creíble. La frase corta me ayuda a crear al personaje que quiero. Es alguien que ha sido muy potente culturalmente, con una gran riqueza de fondo, y eso se ve en muchas palabras que suelta o en algún principio de frase más elaborado. Pero su discurso actual es el de la oración corta, con un ritmo trepidante y al mismo tiempo cortante.

—«No es bueno amar tanto», repite el protagonista de manera incansable. ¿Esta afirmación podría ser una buena síntesis de su novela?

—Primero, yo pienso que sí que es bueno amar tanto. Sin embargo, esta frase es un mantra del personaje para autoconvencerse de que aquello que hará al día siguiente es lo que tiene que hacer, que es moralmente correcto y, por lo tanto, se volverá éticamente correcto. Y, aunque puede parecer un perjuicio hacia el otro, este perjuicio será muy corto, porque a la larga el otro tendrá que reconocer que era lo mejor. El protagonista es una persona que ya no sirve, o que está en pausa para no servir. Si no hubiera querido tanto, ya no tendría que hacer lo que hará, pero como ha querido, la situación le duele.

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