Diari Més

La Protectora de Animales de Tarragona recoge 182 gatos y 76 perros a lo largo de este verano

Su tesorera explica que hay una tendencia al alza de personas que quieren intercambiar su animal doméstico de edad adulta por una cría

La manca d'esterilització dels gats provoca que entrin moltes cries a la Protectora.

La Protectora de Animales de Tarragona recoge 182 gatos y 76 perros a lo largo de este veranoGerard Martí

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La Protectora de Animales de Tarragona recogió 182 gatos y 76 perros en el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 31 de agosto, una situación que, según detalla Núria Güell, tesorera de la asociación, se repite verano tras verano. «En estos meses, nos entran el 60% de los gatos de todo el año», asegura. La tesorera ha detectado cuatro perfiles de personas que dejan en el centro su mascota y que se han repetido habitualmente durante el último trimestre: los ciudadanos que no pueden hacerse cargo de las camadas; las personas que tienen que volver al lugar de origen y se ven incapaces de asumir los gastos de llevarse el animal; la gente que cambia de casa y en el nuevo inmueble no se admiten gatos ni perros y las exparejas en que ninguno de los cónyuges quiere quedarse el animal después del divorcio.

Con todo, añade que hay una tendencia al alza que ha aparecido en los últimos dos años: «Nos ha pasado varias veces que llaman y quieren cambiar el perro o al gato. Es grande, tiene unos 12 o 13 años, y lo quieren cambiar por un cachorro», explica Güell. «A sus padres, cuándo son grandes, ¿también los cambia por unos nuevos?», se pregunta.

No obstante, celebra que, como muchos de los animales que entran enla Protectora son cachorros, también abandonan deprisa las instalaciones: entre en junio y en agosto, 124 gatos y 70 perros han sido adoptados por perfiles de gente muy variados, desde parejas jóvenes hasta personas mayores que buscan la compañía de un animal pequeño.

La situación cambia, sin embargo, cuando se habla de adultos o de perros de raza grande. «Cuesta muchísimo que sean adoptados», lamenta la tesorera. Peor es la situación en perros considerados potencialmente peligrosos: en estos momentos, acogen una setentena. «Los adoptantes tienen que ser personas que tengan carácter también y que les sepan llevar», detalla Güell.

Gato y perro

Edurne del Amo es una de las personas que no tuvo miedo: decidió adoptar la Kenia y Tyson, dos perros potencialmente peligrosos de cuatro años. Ella es una mezcla de pitbull y él, de American Staffordshire. «Mucha gente piensa que quizás es mejor un cachorro, pero, en realidad, por las circunstancias, quizás le va mejor un perro adulto», valora.

En su caso, ella y su pareja pasan muchas horas fuera de casa por cuestiones laborales. «El cachorro es como un bebé. Un niño pequeño quizás se aburre; lo dejas solo y puede provocar un fuego. El perro no, pero alguna trastada sí que hace», comenta.

Sin embargo, explica que el hecho de que sean animales considerados potencialmente peligrosos no les preocupó en el momento de acogerlos: «Depende de cómo los eduques. Sí que es un perro que si quisiera hacer daño podría hacer, pero el caso es que no tiene que querer hacer daño», concluye.

Bianca Paredes ya hace tres años que adoptó a Arya, «la gata más pequeña que he visto nunca». Una miembro de la Protectora encontró a la felina y asu hermano abandonados en un contenedor. Después de estar en una casa de acogida, la gata se trasladó a su nuevo domicilio.

La decisión de Paredes no fue sencilla. Tenía claro que, tarde o temprano, quería una gata, pero no lo hizo hasta que estaba segura «de que le podía dar la vida que merecía». «Estas decisiones se tienen que hacer con juicio. Tienes que estar convencido de que le darás los recursos que necesita. Es parte de la familia. Igual que cuando están bien estás allí, cuando están mal, también tienes que estar», concluye.

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