Diari Més

Ni la lluvia evita la vuelta a la normalidad de las fiestas de Sant Roc en Tarragona

La calle del Cós del Bou baila sin restricciones con la llegada del seguici, después de dos años de celebración en formato reducido

Quan els elements van arribar al destí de la cercavila, ja imperava un sol de justícia.

Ni la lluvia evita la vuelta a la normalidad de las fiestas de Sant Roc en TarragonaGerard Martí

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Cuando la lluvia bañó ayer por la mañana las calles de Tarragona, se puso en cuestión que el seguici de las fiestas de Sant Roc se pudiera celebrar como estaba previsto. No obstante, igual que las nubes, las dudas se disiparon una vez la comitiva abandonó la iglesia de Sant Francesc a las 12.15 horas, acompañada de un solo radián que volvía a brillar en el cielo. «Nos ha llovido el rato que hemos estado de oficio. Tenemos un buen acuerdo con Sant Roc», celebra Salvador Fà, vocal de la junta de la Asociación Cultural Sant Roc, la encargada de organizar los actos festivos. Después de dos ediciones en pequeño formato, las fiestas de Sant Roc volvieron ayer a la calle con el esplendor que las ha caracterizado durante sus 178 años de historia, sin mascarillas y sin distancia de seguridad. «Poder volver a hacer una verbena como las que hacíamos antes, que nos pudiéramos reencontrar, disfrutar y bailar, era muy especial», valora Fà.

Tradición familiar

En el caso del vocal de la asociación cultural, la pasión por Sant Roc nace desde que era pequeño. La casa familiar se ubicaba en la calle del Cós del Bou, donde acababa la cercavila, y el inmueble estaba justamente donde se venera en la actualidad el peregrino. Los primos Arnau y Meritxell Fà, hijo y sobrina de Salvador, respectivamente, recuerdan cuándo iban a casa del abuelo a vivir las fiestas. Desde entonces, han continuado vinculados con la celebración.

Arnau es grallero de los Gegants Vells Petitsdesde el 2011, mientras que Meritxell fue heredera de Sant Roc antes de la pandemia. Meritxell detalla que algunos amigos todavía le preguntan si realmente le gustan estos actos de carácter tradicional, pero ella no tiene ninguna duda: lo lleva enla sangre.

«Me han educado así, me han criado así y, a mí, me encantan. Si a ellos no les gustan, ellos se lo pierden, porque todo eso es espectacular», expresa. Con todo, celebra que este año se hayan recuperado los actos a pleno rendimiento, pero nota que los asistentes estaban «un poco asustados». «Estamos con el miedo de estar tan cerca los unos de los otros. Cada vez que estás con tanta gente junta, piensas: 'Ostras contagios'», reflexiona.

La misma sensación imperaba Daria Valiente. Hace 15 años que vive en la zona y se vuelca en las fiestas como miembro de la Colla Jove Xiquets de Tarragona. Revela que el lunes, cuando se celebró la gran diada castellera, se sintió un poco «asustada» por la cantidad de gente que se reunió en el Cós del Bou. No obstante, puntúa esta edición de Sant Roc con unnueve. «Un diez no lo puedo poner porque siempre hay alguna cosa por mejorar, pero ha ido muy bien», concluye.

Por su parte, Jesús Manjón vivió las fiestas con ilusión a través de los ojos de su hijo, que con 11 años se estrenaba como portador del Drac Petit –que sólo salió el lunes– después de tiempo tocando los timbales. Manjón afirma que las personas que forman parte del seguici son vistas por los espectadores como «estrellas del rock».

Sin embargo, señala que ayer había «más gente que nunca» disfrutando de la cercavila de Sant Roc, un fenómeno que se explica porque «venimos de dos años un poco oscuros» y por la presencia de turistas, que se encontraron con los elementos festivos y decidieron seguirles, cautivados por la música.

tracking