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Los comerciantes de Tarragona se muestran contrarios a instalar puertas automáticas por ley

Los negocios aseguran que notan que ya hace más calor en el interior del establecimiento, después de que entrara en vigor la medida de subir el termostato a 27 grados

El gerent de Tecnoclaus Papagayo, Hèctor Grau, no pretén instal·lar portes automàtiques si ha de fer front a tot el cost.

Los comerciantes de Tarragona se muestran contrarios a instalar puertas automáticas por leyGerard Martí

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Para Montserrat Calvet y Manel Viladrich, responsables de la tienda de golosinas La Caseta Dolça, aplicar desde ayer las medidas de ahorro energético aprobadas por el gobierno español ha supuesto mucho más que subir el aire acondicionado hasta los 27 grados: se han visto obligados a remodelar la tienda.

Viladrich detalla que han tenido que recolocar los productos más sensibles, como los caramelos de chocolate, en las «partes más frescas», es decir, justo debajo del aparato del aire, dejando algunas vitrinas vacías a la vista de los clientes. «Se tendría que haber tenido más sensibilidad y saber qué comercios son más adaptables a la medida, porque la alimentación es un poco más susceptible al calor que la ropa», añade Calvet. Con todo, ninguno de los dos se opuso a incrementar la temperatura ambiente porque piensan que, así, contribuiran a ayudar al planeta. No obstante, hay un condicionante que genera más controversia: la exigencia de disponer de un sistema de cierre automático de las puertas de los espacios climatizados. «El pequeño comercio bastante trabajo tiene para continuar adelante como para tener que estar pendientes de cosas que son insignificantes», valora Calvet, que añade que algunos establecimientos «cerrarán las puertas» por no poder hacer frente a esta inversión.

Podría ser el caso de Tecnoclaus Papagayo. Su gerente, Hèctor Grau, asegura que no tiene intención de instalar puertas si tiene que hacer frente a todo el coste, aunque eso comporte bajar la persiana. «En mi casa no me tienen que decir qué tengo que hacer», critica. En su opinión, la serie de medidas que ha dictado el gobierno central serán estériles, y más teniendo en cuenta que hay empresas e instalaciones que malbaratan muchos más recursos.

A la misma conclusión llegan en Opticalia. La dependienta Jordina Castellano opina que la cuestión del ahorro energético tendría que ir más allá de pulsar un botón del mando del aire acondicionado. «Las medidas fuertes tendrían que ir dirigidas a la gente que realmente hace un gasto energético, que contamina, no a los pequeños negocios o a los ciudadanos», considera.

«Se tendrían que hacer medidas más exhaustivas y ponerse de verdad si se quiere solucionar el problema energético», añade. El gerente de Opticalia, Òscar Castellano, señala que no se opondría a adaptar el acceso a la tienda para que fuera automático, pero pide que se aprueben subvenciones para financiar las operaciones.

«Los pequeños empresarios siempre estamos perjudicados», expresa. También explica que en la tienda han regulado el aire acondicionado y que se aseguran de tener la puerta cerrada para evitar malbaratar energía, pero no considera que sean medidas idóneas. «Yo creo que las puertas tienen que estar abiertas porque la gente, si no, no entra. Le estás diciendo: 'No vengas a mi casa'», concluye.

Un día en el Mercat

El Mercat Central es uno de los espacios donde los peatones se refugian cuando, paseando cerca de la plaza Corsini, sienten que el calor les está venciendo. Como el resto de establecimientos, la temperatura del aire acondicionado se ha incrementado y tanto comerciantes como clientes lo han notado.

«Hay gente que te llama: ¡'Qué calor que hace aquí dentro'!», recuerda Conxita Albesa, ama de Conxi Xampinyons. «Varias personas me han comentado que el mercado está más caluroso», apuntala propietaria de Formatgeria Magda, Magda Llorens. Aunque la mayoría de comerciantes aseguran que con su intenso ritmo de trabajo no han notado un gran cambio respecto de hace unos días, hay un producto que está llevando peor la situación: el pescado.

«El hielo se deshace. Cada diez minutos tienes que estar poniendo hielo y el pescado sufre», explica la propietaria de Peix FrescTinet, Maria Caparrós. Los problemas empezaron con las olas de calor, pero matiza que el hecho de que la temperatura del aire no sea «óptima» contribuye a magnificarlo. «Que al ciudadano se lehaga tomar medidas que tendrían que hacer las grandes empresas que expulsan humos me parece muy injusto», detalla. «Pagaremos lo mismo sin tener condiciones óptimas. Creo que ya se nos toma mucho el pelo», concluye Caparrós.

Los comerciantes

Manel Viladrich i Montse Calvet La Caseta Dolça «El pequeño comerciosuficiente trabajo tienepara continuar hacia delante como para tener que estar pendientes de cosas que pienso que son insignificantes».

Hèctor Grau Tecnoclaus Papagayo «Dentro de mi casa no me tiene que decir quétengoquehacer, ni esta gente ni nadie. Por lacalleme parecemuybientodo, perono en mi casa».

Jordina i Òscar Castellano Opticalia «No soyyo quién tiene que ahorrar. Las medidas fuertestendrían que irdirigidas a la gente que realmente contamina, no los pequeños negocios o a los ciudadanos».

Conxi Claverías i Conxita Albesa Conxi Xampinyons «Tampoconos dejan cerrar por la calor, tenemos quecontinuar hacia delante como sea. Los autónomos somos así. Aquí sólo hay normas».

Magda Llorens Formatgeria Magda «Que cojan la electricidadde la naturaleza. Tenemos muchosol. Tienen queinvertir en nuevas energías, no sólo reduciendolos servicios al pueblo».

Maria Caparrós Peix Fresc Tinet «El hielo se deshace. Cada diezminutos, tienes que estar poniendo hielo y el pescado padece. Procuramos tenerlo todobien. Creoque ya se nos está tomando mucho el pelo».

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