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Municipal

La Móra-Tamarit sigue esperando que le envíen sus datos económicos

La asociación de vecinos del barrio solicitó recibir la información para evaluar si era viable convertirse en una EMD o, incluso, segregarse de Tarragona

Les festes del barri van tornar a reunir centenars de persones després de dos anys amb limitacions.

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El alcalde, Pau Ricomà, y el consejero Xavier Puig visitaron este sábado las fiestas de La Móra-Tamarit, que tuvieron lugar entre el día 3 y ayer. Este podría ser un acto más en su agenda, pero que adopta un tono especial si se tiene en cuenta que la asociación de vecinos (AV) del barrio ya planteó el año pasado la posibilidad de convertirse en una Entidad Municipal Descentralizada (EMD) o, todavía más allá, de independizarse de la ciudad. «Los hemos amenazado con segregarnos. Con la segregación, tienen la obligación de darnos los datos económicos», explica el portavoz vecinal, Francesc García.

A pesar de todo, reconoce que, hoy día, todavía no hay novedades sobre la voluntad de la zona de emanciparse. «Todavía estamos a la espera. Todavía no nos han dado los datos. Nos las han prometido y esperamos tenerlas durante este año. Entonces, haremos la valoración de si realmente vamos hacia un camino o hacia otro», detalla al presidente de la AVDA.

Las reclamaciones de los ciudadanos de La Móra-Tamarit se remontan en el año 1973 cuando, según detalla García, los alcaldes de las pedanías de Ferran y Monnars pidieron aTarragona que retornara a Tamarit su antiguo estatus porque no se habían cumplido una serie de promesas que se habían hecho con la anexión del municipio en 1950. «Estamos en el 2022 y todo sigue más o menos igual», lamenta el portavoz vecinal.

«Inversiones, aquí, cero», continúa García. «Hay muchas cosas que no tenemos y necesitaríamos», dice. Detalla que en el barrio no tienen consultorio médico, ni locales sociales, para las personas mayores o para los jóvenes, mientras que el canal va lleno de residuos fecales. «Tenemos todos los problemas del mundo», remarca.

García agradece que el gobierno de Ricomà «parece que nos escucha y que quiere hacer cosas», pero avisa de que los ciudadanos ya han perdido la paciencia. «Las palabras no nos sirven de nada. Nos sirve que hagan efectivas sus palabras. Ha habido palabras desde 1950. En 1973, ya estaban fastidiados de tanta palabra y, ahora, continuamos fastidiados», expone. Si no vas con datos, siguen siendo palabras, y de las palabras ya estamos un poco hartos. Los hechos son lo importante», concluye.

En este contexto, García está convencido de que ahora es el momento de movilizarse. «Eso es un tema endémico de La Mora-Tamarit, es un tema de toda la vida. Vamos por el camino del EMD o por la segregación, pero alguna cosa tenemos que hacer. Loque no podemos es estar en esta situación y no hacer nada», critica.

Del 3 de agosto hasta ayer, el barrio de La Móra-Tamarit recuperó sus fiestas después de dos años con limitaciones por la pandemia de covid. El retorno del baile, el grande ausente de las celebraciones del 2020 y el 2021, fue el gran aliciente para que los vecinos se volcaran alas calles. Ni siquiera la lluvia que cayó la noche del viernes impidió la expansión de la alegría y la fiesta de las 300 personas que se congregaron en el campo de fútbol para mover el esqueleto, cifras similares a las que registraron la proyección al fresco de la película Aladdin, el jueves, y la cena popular del sábado.

«La gente tiene ganas de volver a la normalidad. Tiene muchas ganas. Han estado bien, las fiestas. La gente ha venido y ha participado en todos los actos», comenta García.

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