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Los vecinos de la Part Alta piden patrullas para controlar la circulación

Las asociaciones recriminan que el flujo de vehículos todavía es excesivo a pesar de las restricciones

Molts automòbils encara circulen per la Part Alta malgrat tenir-ho restringit.

Los vecinos de la Part Alta piden patrullas para controlar la circulaciónGerard Martí

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Ya hace tiempo que no todos los vehículos tienen permitido acceder al casco antiguo de Tarragona, pero el tráfico todavía es masivo en la PartAlta. «Los turistas, cuando están mirando o haciendo fotos, se tienen que apartar porque pasan un montón de coches. Aparcan donde quieren, no hay control de nada y las furgonetas incumplen los horarios de carga y descarga», recrimina Manel Rovira, presidente de la asociación de vecinos PartAlta, que remarca que este julio se ha notado especialmente que la circulación en la zona es excesiva. «El otro día pusieron una grúa enCasa Agapito y se formó un lío», añade. Jordi Ferré, de la AVV Catedral, explica que el área es «un laberinto» para la gente que no conoce las calles, cosa que ayuda a hacer que se generen atascos. ¿La solución? Los dos, junto con Quim Castellví, representantede la asociación Ara PartAlta, coinciden en el veredicto: se necesitan más controles de acceso.

«Antiguamente, siempre había estado implementada la policía de barrio, de la Guardia Urbana. Empezaban el turno a las 7.30 horas de la mañana y, hasta la hora de plegar, estaban andando por la PartAlta. Si entraba un coche desconocido, lo paraban», comenta Castellví. Hace un lustro, sin embargo, este servicio permanente desapareció. «Lo hemos pedido 50.000 veces y todavía no está. Una cosa que funciona, no se tiene que tocar», critica. Para Castellví, los vecinos de la PartAlta están «dejados de la mano de Dios», ya que el consistorio, en su opinión, nunca los tiene en cuenta a la hora de tomar medidas. Al mismo tiempo, añade que se tendría que hablar con el Colegio Lestonnac para decidir a partir de qué edad ya no es necesario que los estudiantes vayan acompañados a la puerta de la escuela. Los mayores de esta cifra establecida, tendrían que bajar del coche enla piscina Tàrraco y subir a pie hasta las aulas. «Se tiene que fomentar caminar; se está perdiendo esta cultura», puntualiza.

Más medidas

Ferré y Rovira proponen otras alternativas. Para Ferré, el problema principal es que la bajada de Misericordia es «una autopista» por el volumen de tráfico que circula, incluyendo vehículos de gran tonelaje. «Siempre hemos reivindicado colocar un pilón hidráulico en el portal de Sant Antoni», afirma.

Por su parte, Rovira considera que el Ayuntamiento desperdició una oportunidad de oro con la instalación de la grúa de Casa Agapito para probar una medida que, según él, sería la más efectiva. «En el casco antiguo, se tiene que cerrar la circulación», concluye.

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