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La falta de jóvenes cualificados en Tarragona compromete el ramo de la construcción

Las empresas forman a sus propios trabajadores en las obras mientras piden una dignificación que haga atractivo el oficio

La construcció d'edificis no entra dins de les preferències dels joves professionals.

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Los empresarios del ramo de la construcción, tanto de la ciudad como de la demarcación, observan con preocupación la falta de jóvenes interesados en la profesión de albañil, cosa que les lleva a contratar a trabajadores foráneos. Si bien no se quejan por el hecho de que los operarios tengan que ser extranjeros, sí que echan de menos la formación que reciben los estudiantes que hacen ciclos formativos de construcción en los institutos.

En Tarragona, l'IES Comte de Rius, que es el que se encarga de impartirles, ha notado un repunte en la demanda de estos estudios profesionales, todo y que con la cantidad de matriculados cree que no serán suficientes para cubrir las necesidades. Esta situación se da en un periodo en el que, gracias a la recuperación de la economía y el anuncio de los fondos europeos Next Generation , se espera que no faltarán pedidos en el futuro, cosa que hace aumentar la preocupación sobre la viabilidad del sector en los próximos meses y años. Según el informe anual del Observatorio Industrial de la Construcción, a nivel del Estado sólo el 9,1% de los ocupados del sector son jóvenes. Este informe alerta que hay amenazas que afectan a la productividad y la competitividad del tejido empresarial, como el envejecimiento progresivo de la fuerza laboral.

De esta manera, el documento explica que desde el 2008, la población joven ocupada en el sector menor de 30 años ha pasado de representar el 25,2% al 9,1% en el 2021, descendiendo más de 16 puntos porcentuales. Mientras tanto, la población ocupada de 55 años y más, ha pasado del 9,4% en el 2008 a suponer el 19,1%, aumentando más de 9 puntos.

La falta de recambio generacional o de interés de los más jóvenes es fácil de explicar para los responsables del sector. Joan Romeu, presidente del Gremio de la Construcción del Tarragonès, ha indicado que «no es que los jóvenes nos hagan falta sólo ahora. Los perdimos con la crisis financiera del 2008, porque entonces no teníamos trabajo para ofrecerles. Ahora nos encontramos con que no hay personal de reposición porque no entra gente nueva, pero eso también pasa en otros oficios, como lampistas, carpinteros, o electricistas».

Romeu cree que eso es así porque «el sector no da una imagen atractiva. La Cámara de Contratistas de Cataluña ya está buscando maneras de corregir este problema». Romeu remarca que el ramo de la construcción no es como la imagen tópica que se tenía hace años, ya que «ahora trabajamos con maquinaria, elementos de seguridad y materiales tecnológicos. El sector ha cambiado mucho». Pero reconoce que es una especialidad «de formación lenta. No esfácil hacer lo que hacemos y no todo el mundo está formado. Eso, ahora, nos encargamos las empresas».

A falta de jóvenes titulados, los constructores contratan personas provenientes del exterior, la mayoría de los cuales no tenían antes la formación que se necesita, cosa que motiva que sean las propias constructoras las que enseñen el oficio. Romeu calcula que el 70% de la mano de obra actual es de otros países de todo el mundo, como de Europa del Este, de África del Norte, de la América Latina y también de la India y del Paquistan.

Romeu insiste en el hecho de que «los jóvenes tienen que poder ver que en un sector como este te puedes ganar la vida. No tenemos los peores convenios del mercado laboral, precisamente, y los fines de semana son festivos. Eso no lo pueden decir otros como la hostelería».

El constructor no se acaba de fiar, sin embargo, del resurgimiento que se espera con los proyectos financiados por los fondos Next Generation de la Unión Europea porque «ahora mismo hay un problema de precios disparados en todas las mercancías, y habrá que ver cómo afecta a los encargos de obras», concluye.

Ciclos formativos

El presidente del Gremio de la Construcción del Baix Camp, Antoni Sentís, se ha pronunciado en una línea similar a la de su colega tarraconense, aunque pone el acento en la necesidad de promover los ciclos formativos, de grado medio y superior, enlos institutos.

«Con la crisis del 2008 perdimos una generación de paletas», afirma, «y lo que necesitamos ahora es mano de obra cualificada». Por este motivo, Sentís pone el acento en la necesidad de dignificar la profesión. Cree, también, que los ayuntamientos podrían organizar escuelas de oficios para fomentar el interés en este sector.

El instituto Comte de Rius de Tarragona ofrece un ciclo medio y otro superior de construcción. Su responsable, el profesor Ramon Cañadas, explica que en la actualidad les siguen un total de 15 alumnos, y admite que «en el sector hace falta mucha gente», aunque hace un par de años no llegaban a los 10, y esta tendencia la ve positiva.

Piensa, también, que haría falta modificar las normas de contratación y pedir alguna titulación para ejercer el oficio. Y avanza la idea según la cual «los centros también podrían formar inmigrantes, si lo que se quiere es mano de obra cualificada», explica.

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