Imagen de un apartamento gestionado por Tarraco Homes, empresa asociada a la AAT.
Gerard MartíActualizada 10/05/2022 a las 20:12
En el año 2020 hubo un estancamiento debido a la covid-19, pero desde el 2021 ha vuelto a incrementarse el número. «Algunos que quizás se dieron de baja en el año 2020 han vuelto», manifiesta Calvet, quien añade que «cada vez la gente es más consciente de que tiene que regularizar la explotación del servicio», ya que las sanciones para aquellos que operan de manera ilegal pueden estar entre 3.000 y 30.000 euros por vivienda.
Debido a la insistencia de las administraciones públicas para que los apartamentos regulen su situación, el número de viviendas turísticas legales puede aumentar, tal como expone Calvet. Sin embargo, no cree que se estrenen muchos más nuevos viviendas de alquiler. Según el estudio de 2018 elaborado, entre otros, por la Fundación URV, un 73% de las viviendas entraba dentro de la legalidad. Según Calvet, este porcentaje «seguramente ha crecido desde el 2019», un año muy positivo para Tarragona en el ámbito turístico.
El estudio del 2018 también indicaba que un 15,5% de las viviendas eran irregulares, mientras que un 11,5% se catalogó como fuera de la normativa porque la ley no los contemplaba. «Estas viviendas no son ni legales ni ilegales, son alegales», comenta Calvet. La Generalitat de Catalunya es consciente de que la ley se tiene que actualizar y los incluirá en la nueva normativa. «Intentará regular varios aspectos que no figuraban en la ley de 2012», explica Calvet.
Aparte de estos tres grupos (legales, ilegales y alegales), el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos señala que existe otro, que correspondería a aquellas viviendas que ejercen una «competencia desleal» porque no cumplen algunos aspectos de la normativa en cuanto a fiscalidad, imposición de la tasa turística o registro de huéspedes. «En la Asociación no tenemos ninguno de este tipo, siempre pedimos que nuestros afiliados cumplan los requisitos que marca la ley», asegura Calvet.
Tal como apunta el mismo Calvet, se contemplan once zonas urbanas a tener en cuenta en Tarragona: las urbanizaciones de Llevant, Riuclar y la Floresta, l'Eixample Centre, el Nou Eixample, el Miracle, los barrios marítimos y el Serrallo, la Part Alta, Sant Salvador i Sant Ramon, Sant Pere i Sant Pau, Bonavista y Torreforta y Campclar. Según el estudio de 2018, los núcleos donde tienen más peso los apartamentos turísticos son las urbanizaciones de Llevant, con un 24%, y la Part Alta y l'Eixample Centre (que contempla el centro de la ciudad, la zona próxima en la Rambla Nova y la plaza Imperial Tarraco), ambas con un 21%.
Los alojamientos turísticos de Tarragona son propiedad de empresas o de particulares, los cuales acostumbran a gestionar uno o dos. «Hay empresas que puede ser que gestionen unas 50 viviendas o incluso más, unas 200», comenta Calvet. Hoy día, hay diferemts plataformas digitales que recogen varios alojamientos, como Airbnb, Booking u otros.
En algunas plataformas no pedían o no piden el número de registro de la vivienda, pero «en los últimos tiempos la Generalitat se ha puesto más exigente en este aspecto», indica Calvet en referencia a la legalidad de los apartamentos turísticos, que pueden ser de diferentes tipologías: viviendas dentro de una comunidad de vecinos, viviendas plurifamiliares o viviendas unifamiliares, como chalets.
Por otra parte, para el tipo de turista que visita Tarragona, Calvet asegura que no acostumbra a haber problemas de desperfectos. En caso de ser así, si alguien perturba el descanso de los vecinos, se le puede echar del alojamiento, tal como marca la ley.
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