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Hasta ocho meses de espera para la entrega de un vehículo nuevo en Tarragona

La escasez de microchips, elemento fundamental para la electrónica de los coches, provoca retrasos de entre dos a ocho meses en los concesionarios de la ciudad

La carencia de estos microchips ha comportado un aumento de ventas de vehículos en stock.

Hasta ocho meses de espera para la entrega de un vehículo nuevo en TarragonaACN

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La escasez de microchips semiconductores está provocando atrasos de hasta ocho meses en entregas de vehículos nuevos en los concesionarios de Tarragona. Los microchips son unos pequeños dispositivos con circuitos electrónicos que se utilizan para cualquier producto electrónico, como ordenadores, teléfonos móviles, electrodomésticos, y también en la industria automovilística, que cada vez incorpora más electrónica a los vehículos. Los fabricantes de vehículos están teniendo grandes problemas para mantener la producción por la escasez de estos microchips, ya que la fabricación de estos semiconductores se concentra principalmente en Corea del Sur y Taiwán y los mercados no dan alcance para cubrir la demanda mundial. La pandemia, además, aceleró la demanda de estos semiconductores. El confinamiento, el teletrabajo, las restricciones de movilidad y todas las medidas encaminadas a evitar la proliferación del patógeno (toque de queda, confinamientos municipales, comarcales y por región sanitaria) hizo cambiar los hábitos de la población e incentivó la compra de aparatos electrónicos, como ordenadores, móviles o electrodomésticos.

La carencia de estos microchips, que tiene una afectación global en la industria, también ha provocado un incremento de ventas de vehículos en stock o de kilómetro cero con respecto a los vehículos encargados a las fábricas o fuera de stock. De hecho, la provincia de Tarragona, siguiendo la misma tendencia que a todo el Estado, ha experimentado un descenso del 9,16% en las matriculaciones de turismos entre en enero y en septiembre de 2021. El mes de septiembre, además, esta cifra ha llegado al 22,88%.

El secretario de la Asociación Empresarial de Talleres de Reparación (ASTAVE), Emili Beltran, apunta que el principal problema que hay ahora mismo es que los vehículos nuevos no pueden ser entregados a tiempo por el fabricante. «Los retrasos en las entregas por parte de los fabricantes está provocando que las ventas se ralenticen de forma significativa», explica. «En el ámbito de provincial la situación es muy negativa, el cliente quiere comprar, hace el pedido pero se están produciendo atrasos en la entrega. Un concesionario puede tener muchos pedidos, pero no se materializa la operación por estos retrasos», alerta.

Beltran apunta que, desde el concesionario, se les hace muy difícil dar una fecha de entrega, ya que depende del fabricante. Así y todo, el secretario de ASTAVE recuerda que en los concesionarios hay disponibilidad en los vehículos en stock. «Cuando el usuario escoge un vehículo que no está en stock es un problema, porque la fabricación está parcialmente parada», explica Beltran, que define este 2021 como un «año comercialmente complejo». «Para cada vehículo nuevo que se ha vendido este año, se han vendido casi cuatro utilizados», dice. El secretario de ASTAVE apunta que el sector también se ha visto perjudicado por «algunas actuaciones de carácter político que han generado confusión al consumidor sobre los vehículos de motorización, ya sean híbridos, eléctricos, diésel y, este hecho, ha incidido negativamente y ha agravado todavía más por la problemática con los microchips».

El director comercial del concesionario Tarraco Center, Lluís Nadal, explica que la carencia de semiconductores puede llegar a propiciar atrasos de hasta ocho meses en función de la electrónica que incorpore el vehículo. «En muchos casos se superan los seis meses, y puede haber coches que tarden un poco más o un poco menos, pero algunos han tardado ocho meses en entregarse», indica Navidad. El director comercial también apunta que hay marcas más afectadas por los atrasos que otros. «En Hyundai no hay tantos atrasos, porque en Corea del Sur hay una fábrica de semiconductores, en cambio en Europa no hay ninguna fábrica. Volvo, Audi y Volkswagen están todas afectadas», apunta. El director comercial también dice que, como menos equipamiento tecnológico incorpore el vehículo, más rápida es la entrega, ya que no dispone de tantos semiconductores. «Si lo pides equipado con todo puede tardar ocho meses», señala.

El director comercial del concesionario Opel Uniauto Tarragona, Javier Corral, afirma que los atrasos dependen de país donde se fabrican los modelos, que pueden durar unos cuatro y destaca que los plazos de espera para la entrega del vehículo no son exactos y no se pueden comprometer con los clientes a darles una fecha de entrega. «Nadie puede certificar un plazo de entrega», explica.

«Teníamos pedidos hechos a en junio y julio y nos decían que nos los entregarían en octubre. Después te comentan que han variado los plazos y que los entregarán en febrero del 2022 porque no disponen de los semiconductores y el cliente espera poder disponer del vehículo», lamenta. «Estamos hablando de atrasos de unos cuatro meses, añadido al periodo de fabricación, pues serían unos seis meses aproximadamente», afirma. «Si no se soluciona esta problemática, podría pasar de que al primer trimestre o semestre del 2022 hubiera escasez de automóviles, porque se están agotando los vehículos de kilómetro cero y segunda mano», añade.

El director comercial de Baycar, concesionario oficial en Tarragona y Reus de Seat i Cupra, Xavier Garzón, explica que la demanda de vehículos no ha bajado, pero notan algunos atrasos dependiendo de los modelos. En este sentido, apunta que los vehículos fabricados en Martorell no están tan afectados como los que salen de otras fábricas de Europa. «En los vehículos fabricados en Martorell, no hemos notado tanto el problema como en vehículos que nos venden otras fábricas. Eso va por modelos», explica. «En Martorell, si antes un pedido te tardaba un mes y medio, ahora te puede tardar dos meses y medio. En las fábricas de Wolfsburg, en Alemania, o las de la República Checa, si antes era dos meses de espera, ahora son unos tres y medio o cuatro meses», dice.

«La carencia de microchips afecta porque crea incertidumbre en el comprador, y por este, motivo ahora tampoco hay tantos vehículos en stock disponibles. La gente tiene el miedo de la incertidumbre en las entregas y, por eso, acaban decantándose por los vehículos en stock», apunta. Así y todo, Garzón asegura que, con respecto a su concesionario, «nunca hemos dejado de tener stock».

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