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Sanidad

Los sanitarios del Camp de Tarragona sufrieron 93 agresiones el año pasado

La atención primaria de la región sanitaria concentra 80 de estos casos, que se reparten entre físicos, verbales y a las redes

Imagen de archivo del pasado mas de mayo del Centro de Atención Primaria (JEFE) de Sant Pere i Sant Pau, en Tarragona.

Los sanitarios del Camp de Tarragona sufrieron 93 agresiones el año pasadoACN

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La covid-19 ha tensado considerablemente el sistema sanitario catalán el último año y medio. A veces, la presión y el cansancio de los pacientes, potenciada por el contexto pandémico, lo llegan a pagar los profesionales. Durante el 2020 el personal sanitario del Campde Tarragona sufrió hasta 93 agresiones entre las físicas, las verbales y los recibimientos a través de las redes sociales. La mayor parte de estos casos se registraron a la atención primaria. Fue 80 las agresiones que tuvieron lugar a los Centro de Atención Primaria de la región sanitaria del Campde Tarragona el año pasado. Por su parte, el hospital Joan XXIII de Tarragona registró las 13 restantes. Hay que tener en cuenta que durante buena parte del 2020 los hospitales tuvieron las visitas restringidas.

En el ámbito catalán, el Campde Tarragona concentró una de cada 10 agresiones en los CAP y el 7,2% en los hospitales. Así, por todo el territorio se produjeron 181 situaciones de violencia a los hospitales y 776 a la atención primaria. En términos comparativos, el personal de los hospitales catalanes sufrieron más agresiones físicas que los de los CAP. Por las 46 físicas en los hospitales –46 también en la primaria–, se produjeron 135 verbales. Por su parte, las agresiones verbales a la atención primaria se subieron hasta las 723. Del total de situaciones de violencia, al personal sanitario catalán tan sólo denunció el 6,8%.

En los hospitales, los enfermeros fueron el personal que sufrió más agresiones, con 91 de las 181. Los siguieron a los auxiliares de enfermería y el personal facultativo (27). Por su parte, el personal facultativo fue el más agredido enlos CAP (229 de 776), series del personal administrativo (220) y los enfermeros (156). Entre los hospitales y la primaria, sólo el 45% de los casos requirieron actuaciones inmediatas. En los hospitales destacan las 38 intervenciones de compañeros y las 36 del personal de seguridad, mientras que enlos CAP tuvieron 157 actuaciones de compañeros y hasta 128 policiales.

Con respecto a las causas desencadenantes de las agresiones, las más habituales fueron el incumplimiento de normas del centro o de convivencia (16,6%) y la disconformidad con el tratamiento (14,4%). Mientras tanto, la radiografía en los CAP cambia bastante. Un cuarto de las agresiones se produjeron en los mostradores informativos.

La no normalización

«El objetivo es que no se cronifiquen las agresiones, sobre todo las verbales. Las podemos llegar a normalizar e invisibilizar, y no es de recibo que te insulten», justificaba a Marina Roig. La representante del sindicato CATAC-CTS/IAC del Joan XXIII explicaba que son «trabajadores públicos que estamos para la gente», pero que no son «responsables directos de todo lo que está pasando». «La pandemia ha evidenciado que las plantillas y las ratios no son las adecuadas», decía Roig, que lamentaba que «no se puede corregir en poco tiempo». «No hay lo bastante personal y estamos cansados», indicaba.

Con la pandemia «se ha incrementado la disconformidad de la población para no poder acceder sin ningún problema a los centros», detallaba Roig. Por este motivo, la representante sindical explicaba que han iniciado esta campaña que «hacía muchos años que pedíamos al Instituto Català de la Salut». «Podemos entender que hay una demanda que no podemos cubrir, pero no es responsabilidad nuestra, sino de todos cuandovamos a votar. Es de la sociedad en general», esgrimía Roig, aunque remarcaba que «no está justificada ninguna agresión».

Con todo, la representante sindical del CATAC-CTS/IAC remarcaba la importancia de ponerse manos a la obra a la violencia física, verbal y digital hacia el personal sanitario: «Lo que no se notifica, no existe. Y lo que no existe, no se puede mejorar». Roig incidía en la novedad de la violencia a través de las redes sociales: «Se ha puesto de moda el acoso digital. Muchos trabajadores tienen vida en las redes y, como a la identificación del trabajo hay el nombre y apellido, cualquiera los puede buscar para agredirlos. Es relativamente fácil».

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