En el caso de los campings, el número de llegadas incluso ha superado ligeramente las del 2019. En concreto, entonces hubo 96.501, mientras que este año han sido 96.902. Sin embargo, la estancia media ha bajado en 1,2 noches durante los dos últimos años y eso ha hecho que se hayan producido menos pernoctaciones (de 5,2 a 4). En cambio, en los hoteles las estancias se han mantenido prácticamente estables en 2,1 noches.
El alcalde de la ciudad, Pau Ricomà, ha apuntado que no buscan un turismo de temporada sino «de todo el año» y ha puesto de manifiesto los «cambios de tendencia» que ha provocado la pandemia, especialmente con respecto a la potenciación de los mercados de proximidad. «Queremos un turismo que conviva con la ciudad, sostenible, con actividades culturales, patrimonio y gastronomía», ha manifestado. Además ha explicado que uno de los objetivos será captar visitantes de Madrid y su entorno, aprovechando la conexión con el tren de alta velocidad.
Por su parte, la gerente del Patronat de Turisme de Tarragona, Joana Conesa, ha adelantado que trabajan al crear nuevos productos basados en experiencias con la voluntad de desestacionalizar a los visitantes. También ha destacado las 92 producciones audiovisuales y fotográficas que se han hecho en la ciudad durante este año de la mano de la Tarragona Film Office. Además, ha indicado que este septiembre han empezado a volver a arrancar los congresos, algunos de los cuales se hacen en formato híbrido.