Preocupación por la presencia de toxicómanos en una antigua fábrica de Tarragona

La presencia continuada de algunos toxicomans en la antigua fábrica Cepa, ubicada en una nave abandonada de la carretera N-340, junto al barrio del Pilar, ha provocado las quejas de los vecinos, que ven con inquietud el aumento de estos consumidores. Algunos residentes del barrio del Pilar han denunciado que el barrio se ha convertido en una zona de paso para algunos toxicómanos, que lo atraviesan para llegar hasta la antigua fábrica. Hace un mes, aparecieron dos jeringas en un parque del barrio y los residentes perciben un incremento de estos toxicómanos.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Pilar, Alex Ayuso, apuntó que «en los últimos dos años hemos percibido un aumento de estas personas» y ha reclamado en las administraciones que actúen, ya que estas personas tienen que ser tratadas. «Eso es un problema para su salud, pero a a los vecinos también nos afecta», dijo. Ayuso recordó que han encontrado jeringas en un par de ocasiones recientemente en el barrio y ha pedido a las administraciones actuar contra las personas que venden estas sustancias. «Se tiene que dar alternativa a estas personas, pero hay preocupación entre los vecinos, que en alguna ocasión se han escandalizado», dijo.

La Cruz Roja tiene conocimiento de este punto y, desde la Unidad Móvil de Salud, asisten a estas personas en la carretera N-340. Esta unidad proporciona a los drogodependientes consumidores por vía parenteral la posibilidad de un consumo higiénico y controlado, facilitándoles el material y recogiéndolo posteriormente para ser destruido. El objetivo principal es prevenir las infecciones de enfermedades asociadas a los hábitos de consumo inyectado entre los usuarios de drogas. «Proporcionamos cualquier necesidad o ayuda que ellos verbalicen», apunta uno de los técnicos de la Unidad Móvil de Salud, que también llevan a cabo tareas de sensibilización y concienciación a los consumidores sobre conductos higiénicas. Desde la Cruz Roja apuntan que están en contacto permanente con las administraciones con el fin de evitar que no haya ningún perjuicio para los vecinos. La Guardia Urbana tiene constancia de la presencia de dos toxicómanos en la antigua fábrica Cepa y apuntan que hace años que están y que no aceptan mediaciones ni ayudas.