Fuentes era canónigo archivista de la catedral de Tarragona y director del archivo histórico archidiocesano tarraconense. Como se manifestó en el comunicado con fecha de 11 de febrero de 2021, el Arzobispado manifiesta la firme voluntad de evitar todo tipo de impunidad, a pesar de la prescripción a nivel civil de los hechos ocurridos ahora hace tres décadas, ha considerado necesario pedir en la Santa Sede que se levante la prescripción canónica.
Aceptada esta petición, y ponderada «la gravedad de los hechos», el Arzobispado le impone las siguientes penas: prohibición durante un año del ejercicio público del ministerio presbiteral y de la docencia eclesiástica, prohibición durante quince años de tener voz y voto como canónigo en el Capítulo, y prohibición durante quince años de ejercer ninguna responsabilidad pastoral en una parroquia u organismo diocesano.
En este sentido, sólo podrá ser nombrado adscrito en una parroquia, comunidad u organismo diocesano con la prohibición expresa estar con menores de edad sin la presencia de un adulto.
Al mismo tiempo, el arzobispo Planellas insta al mosén sancionado a «ponderar su comportamiento y a asumir el firme propósito de llevar una vida de acuerdo con la dignidad que corresponde a su ministerio presbiteral y a considerar la manera más oportuna de pedir perdón a la víctima».
El Arzobispado de Tarragona, en el mismo comunicado, reafirma «su condena ante todo abuso sexual, de poder y de conciencia, especialmente cuando|cuándo haya sido cometido por un clérigo contra un menor», e invita a denunciar estos hechos a las autoridades civiles y a la Comisión de Prevención de los Abusos del Arzobispado.
La oficina de abusos del Arzobispado habló con el cura a principios de este año por una denuncia contra el mosén, que acabó reconociendo los hechos. Al menos hay constancia de dos víctimas, un chico de 18 años y un menor, los dos hijos de familias el rector tenía una buena relación . Fuentes también fue rector de pueblos como Aiguamúrcia, Querol, el Pont d'Armentera y L'Aleixar, y desde el 2018 era el mosén de la Selva del Camp, Almoster y L'Albiol.
El mismo Arzobispado llevó el caso a la fiscalía y después al Vaticano.
A la cárcel y trabajos forzados,vaya vergüenza
Denunciar Responder