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Los vecinos denuncian la pasividad de la policía ante el botellón del cementerio de Tarragona

Los residentes que viven al otro lado del A-7 oyen la música a todo volumen durante toda la noche de una concentración que duró hasta la mañana del domingo

Restos de botellas y plásticos que todavía quedaban durante la mañana de este domingo.

Los vecinos denuncian la pasividad de la policía ante el botellón del cementerioGerard Martí

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Impotentes y cansados de la situación. Así es como se oyen los vecinos que viven en torno al parking del cementerio donde, la noche del sábado, se volvieron a concentrar más de un millar de jóvenes con sus vehículos y la música a un volumen altísimo, bebiendo y montando jaleo hasta bien entrado la mañana. Los vecinos denuncian la pasividad de los cuerpos policiales por disolver una actividad que perturba su descanso en un lugar recurrente de la ciudad. El de la madrugada del domingo era el segundo botellón consecutivo que sufrían este fin de semana, pero también ha sido el segundo fin de semana en que la fiesta nocturna no les ha dado ninguna tregua.

«No podemos dormir. Lo tenemos que cerrar todo, poner el aire acondicionado y así y todo, se oye la música. Esta noche, la policía ha pasado completamente de ellos. Han llegado cerca de las dos de la madrugada. Parece que los han ido haciendo fuera de la Parte Alta y han acabado aquí. A las ocho de la mañana todavía continuaba de fiesta un grupo de jóvenes al parking del cementerio, el cual ha vuelto a quedar lleno de botellas y bolsas de plástico,» lamentaba una vecina que vive en el otro lado del A-7.

Otro vecino de la zona, que prefiere mantenerse en el anonimato, afirma que a las siete de mañana de ayer llamó a la Guardia Urbana porque«ya no podíamos más». «Me han dicho que no podían hacer nada, que presentara un escrito de queja al Ayuntamiento y que, en cualquier caso, el orden público es una competencia de los Mossos d'Esquadra,» dice. Tanto la noche del viernes como la del sábado, los dos botellones del cementerio reunieron cerca de 1.500 personas, tal como han confirmado fondos municipales.

A un cuarto y dos minutos de ocho de la mañana, tuvo que acudir dos dotaciones del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) para trasladar a uno de los participantes del botellón al hospital Santa Tecla: haciendo al tonto e intentando subir a los contenedores del parking se hizo daño en la pierna, tal como muestran las imágenes que otro de los jóvenes publicó a las redes sociales. Según el SEM, el joven resultó herido menos grave.

La preocupación de los vecinos ya no sólo reside en la impunidad con que se producen estas concentraciones, la falta de descanso y el hecho de que dejen todo el lugar lleno de suciedad, sino en que muchos de estos participantes llegan y se marchan con sus vehículos. «Están bebiendo toda la noche. Esta mañana se veía que muchos estaban en estado ebrio y después cogen el coche y tienen que conducir por la autovía o por la vía pública. Son un peligro y nadie lo controla», dice una vecina.

Aunque las concentraciones durante la noche no están prohibidas y evitarlas sólo es una recomendación en el contexto de pandemia, los vecinos recuerdan que se tienen que respetar las normas sobre el descanso nocturno y sobre el consumo de alcohol en la vía pública.

Según fuentes municipales, la pasada noche –la de sábado a domingo– se registraron botellones en diferentes puntos de la ciudad. A las diez y media de la noche, la Guardia Urbana realizó una ronda para vigilar los puntos habituales de concentración de jóvenes: el parking del cementerio, las playas del Milagro y el Arrabassada, el Valle del Arrabassada y la zona de la estación de la ITV. A la medianoche, la Guardia Urbana activó un punto de vigilancia y dos patrullas en movimiento en el paseo de Sant Antoni, a la plaza Santiago Rossinyol y a la plaza de la Font. Cuando faltaban pocos minutos para la una y media, se empezó a barrer las cerca de 500 personas de la plaza de la Font con una máquina de limpieza con agua y se continuó por las escaleras de l'Arboç y rera de Sant Domènech. Cerca de las dos de la madrugada se hizo la misma operación con la máquina de agua y tres dotaciones de la Urbana en la plaza de los Cedazos, la cual quedó desalojada. Los jóvenes se fueron reuniendo entonces en el paseo de Sant Antoni donde, entre cuatro dotaciones policiales, se dispersó el botellón en pocos minutos. A un cuarto y cinco de tres, se empezó la vigilancia policial dinámica por evitar que los jóvenes se volvieran a concentrar. Fue a partir de esta hora, según los vecinos, cuando el parking del cementerio se empezó a llenar. Según fuentes municipales, durante la noche se reunieron 1.500 personas que vigiló un dispositivo de Mossos d'Esquadra con el apoyo de la Urbana. Según la versión de los vecinos, durante la noche no se ha podido apreciar la presencia policial. A primera hora de la mañana de ayer –antes de las ocho– quedaban jóvenes en la zona, pero ningún agente de la policía.

El joven que resultó herido.

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Imagen de los restos del botellón durante la mañana de este domingo.

Tarragona vive una cuarta noche de botellones de nuevo al parking del cementerioCedida

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