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Tarragona se abre a mantener algunas de las más de 300 terrazas temporales de la pandemia

Antes de la pandemia había en torno a 400 y las nuevas licencias se podrán dar si están ubicadas en espacios adeqüats

Imagen de la terraza de un establecimiento de la calle Lleida de Tarragona.

Tarragona se abre a mantener algunas de las más de 300 terrazas temporales de la pandemiaGerard Martí

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El Ayuntamiento de Tarragona no descarta la posibilidad de otorgar la licencia, en un futuro, a algunas de las más de 300 terrazas temporales que hay en la ciudad. Antes de la pandemia había un total de 400, una cifra que aumentó hasta más de 700 con las que se instalaron de manera provisional, mientras dure la pandemia, para echar una mano a los bares y restaurantes ante las restricciones que ha sufrido y sufre el sector. No obstante, desde la concejalía de Dominio Público, señalan que habrá que ver si los establecimientos que tengan la voluntad de mantener la mesas| y sillas en la vía pública se encuentran en una zona adecuada, es decir, que no comporten el cierre al tráfico de una calle ni ocupen una superficie muy extensa que pueda causar molestias a vecinos y peatones, por ejemplo.

«Con la cuestión de las terrazas se tiene que afinar muchoporque la convivencia tiene que ser absolutamente primordial entre hostelería y ciudadanos», señala la concejala de Dominio Público, Cinta Pastó, que añade que «tener muchos más metros ocupados de vía pública quiere decir que estos son en detrimento de los ciudadanos, es decir, que se tiene que ver muy claro». En este sentido, Pastó comenta que «muchas de las terrazas temporales, cuando les digamos que tenemos que empezar a cobrar, se retirarán, y hay que recordar que están en gratuidad desde marzo del 2020». A pesar de todo, la edil de Esquerra Republicana no cerraba la puerta a que a algunas de estas se les pueda otorgar la licencia una vez se reactive el pago de la tasa de ocupación de la vía pública. ¿«Si están los metros adecuados entre los espacios de convivencia y de dominio público está claro que sí, por qué no? Pero reitero, siempre dentro de una lógica, lo que no podemos permitir es el que se ha visto en muchas zonas de la ciudad, dónde algunos peatones no podían ni pasar por las aceras porque estaban ocupadas por las terrazas,» asegura Pastó.

Con relación a la excepción de las tasas, Pastó quiere ser prudente y asegura que dependerá de la evolución de la pandemia y de las restricciones en el sector de la hostelería que, de hecho, son cada vez menos. «De momento, como funcionamos a trimestres, el próximo no lo cobraremos, aunque el sector está reactivado y funciona fantásticamente con los bares y restaurantes trabajando en abundancia, que es lo que queremos todos», dice la concejala de Dominio Público, que reconoce, sin embargo, que «es evidente que hay un límite y habrá un momento que tendrán que pagar, pero de momento que sigan reactivándose y trabajando, no podemos empezar a ponerlos más gastos de sopetón, y el Ayuntamiento intenta hacerlo de la mejor manera posible, con las ayudas que puede».

De hecho, ayer mismo se oficializó el decreto que prorroga hasta el 30 de septiembre el permiso de terrazas temporales, la exención de las tasas de ocupación de la vía pública y la autorización de música ambiental y actuaciones musicales de pequeño formato y acústicas, es decir, sin poder hacer uso de altavoces ni amplificadores, excepto enlos establecimientos de la calle Lleida y de la calle Governador González, en los cuales se les ha prohibido esta posibilidad para incumplir la normativa de horario, de ruido y de aforo. Por otra parte, el decreto también recoge la normativa que los bares y restaurantes tienen que cumplir con relación a las medidas sanitarias decretadas por el sector de la hostelería, como ahora que se restablece el consumo en la barra con una separación entre clientes de 1,50 metros, que tiene que haber una distancia de 2 metros entre mesas, tanto en el interior como en el exterior del local y que el horario de apertura permitido es de 6 horas de la mañana en 1 horas de la madrugada, entre otros.

Al respecto, el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Tarragona Ciudad (AEHTC), Javier Escribano, defiende que «obviamente un negocio con terraza es mejor, sobre todo en una ciudad con clima mediterráneo como Tarragona, donde prácticamente está bien al aire libre durante nueve meses.» Sobre la posibilidad de que muchos establecimientos que actualmente disponen de terraza temporal apuesten por mantenerla un futuro, Escribano comenta que «eso ya es ponerse en casa de cada uno, pero por experiencia creo que muchos de los que puedan optar a la licencia la pedirán y la pagarán».

Aparte, el representante del sector en la ciudad pone en valor que «desde el Ayuntamiento ya nos han comentado que están muy contentos con las terrazas que se han implantado en torno a la plaza Corsini, ya que se han dado cuenta de que atraen a la gente, cohesiona los barrios, dinamiza el comercio y aporta una mayor limpieza y seguridad». En esta línea, relaciona los problemas de inseguridad en la PartAlta con el hecho que haya menos afluencia de gente en las terrazas, que cree que ha apostado más por la zona de Corsini, «que se ha puesto muy de moda». «Con las terrazas llenas de gente se consigue que haya mucho movimiento y se evitan, por ejemplo, botellones y actos vandálicos, aunque también hay efectos negativos que se tienen que minimizar,» reconoce Escribano, que defiende que «la ciudadanía y el sector nos tenemos que entender, y desde la asociación siempre estamos al lado del buen profesional que respeta las normas, los horarios, las distancias, etc. En este sentido, añade que «cuándo hay un empresario que incumple nos acaba afectando al resto». Finaliza comentando que la zona de Corsini «ha servido al Ayuntamiento para hacer un ensayo del futuro proyecto de pacificación del espacio y se han dado cuenta de que, si cortan las calles, no se acaba el mundo, la gente se acostumbra y tiene muchas consecuencias positivas».

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